Bajo el lema “son los individuos ordinarios los que tienen el potencial de hacer cosas extraordinarias” esta organización altruista busca encausar enormes cambios al invertir en micro-empresas.
¿Quién tiene un mayor potencial para cambiar el mundo: un magnate con un espíritu altruista o un grupo grande de personas con la intención de trabajar hacia una meta? Ariel Nesser, fundador y presidente del Pollination Project apuesta por estos últimos, los miles de portadores de semillas del cambio.
“No buscamos al próximo Martin Luther King o Ghandi”, explica Nessel. “Estados Unidos no mejora cuando tenemos un mejor presidente o mejores políticas. Mejora cuando cada ciudadano toma las riendas –es entonces que el mundo cambia.”
Nessel se basa en su experiencia personal, ya que cuando era un adolescente y caminaba por la playa, un hombre le entregó un panfleto con información sobre las crueles técnicas para criar ganado. Ocho años después, cuando caminaba por ahí de nuevo, el mismo hombre le entregó el mismo material, y en esa segunda ocasión Nessel sí reaccionó, y de la mejor manera imaginable.
Cómo parte de esta nueva visión, Nessel decidió dedicar su vida a esparcir estos valores. En enero de 2013 fundó el Pollination Project, cuya meta principal es seleccionar y apoyar a individuos con una beca de mil dólares (otorgados diariamente), monto que será destinado a “expandir compasión” en áreas como la protección ambiental y de animales, justicia social, salud y bienestar, y arte y cultura.
El proyecto funciona de manera sencilla: los candidatos envían sus solicitudes, una vez recibidas, Nessel o sus socios, muchos de los cuales fueron becados por el proyecto, analizan las propuestas y deciden a quienes otorgarán el apoyo. En el último año han sembrado 365 proyectos, 119 de estos se encuentran afuera de Estados Unidos y 10 de ellos fueron para menores de 18 años.
El Pollination Project es sustentado por donaciones, todos los que desean participar pueden hacerlo, no importa su edad. Lo que Nessel nos recuerda con este proyecto es que el cambio, como la excelencia, se cultiva todos los días a través de nuestras acciones. Es así que Ariel Nessel, con acciones a microescala, marca el paso para un nuevo altruismo, uno en el que todos podemos ser partícipes.
*Imágenes: Sarah Buckley / via synapticstimuli.com