Entre la fantasía y la contracultura, ahí cultiva Marcio Mizael Matolias su vida cotidiana (lo cual, por cierto, es un sueño de millones alrededor del mundo). Este brasileño no paga renta ni cuentas mensuales de servicios, simplemente optó por construir su propia morada antisistémica en una playa de Río de Janeiro.
Mientras millones de personas luchamos cada mes por pagar nuestro alquiler, al tiempo que nos vemos asediados por otros pagos múltiples, Marcio escogió una ruta alterna y hoy vive en su pequeño palacio de arena, libre de las preocupaciones que nos acosan al resto.
Yo crecí en la Bahía de Guanabara. Siempre he vivido en la playa. Y mientras la gente paga rentas exorbitantes para vivir frente al mar, yo no tengo ninguna cuenta que pagar y aquí tengo una buena vida.
Si bien es ingenuo pensar que la vida de este brasileño es perfecta, ya que seguramente enfrenta sus propios problemas, su iniciativa también es absolutamente inspiradora. Y aunque para muchos de nosotros no sea viable algo así, lo cierto es que todos tenemos a nuestra disposición recursos para explorar formas distintas de vida, incluso sin llegar a extremos fantásticos como el de Marcio.
En todo caso, recordemos que mientras algunos estamos sumidos en las exigencias, muchas de ellas absurdas, de una realidad determinada, otros ejercen la poesía existencial, viven dentro de castillos de arena y son reyes de sus propios reinos.