Hay quienes tienen el privilegio de asumirse como ciudadanos del mundo, pero hay quienes son extranjeros a causa de las migraciones forzadas. El proyecto Born Refugee, del fotoperiodista Turjoy Chowdhury, es una serie de 21 retratos de bebés —que pertenecen al grupo étnico rohinyá— nacidos en Cox’s Bazar, el refugio más grande del mundo, en Bangladés.
Este refugio es consecuencia de la discriminación racial y religiosa, donde los conflictos étnicos están llevando a las nuevas generaciones a una resignación autoimpuesta de un mundo donde no existe un lugar al cual puedan llamar hogar y donde no hay cabida para la paz.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/culturacolectiva/TK6GUCH3JNAA7PSK7UWQS5TMWU.jpg?ssl=1)
Turjoy Chowdhury
Cada día nacen 60 bebés en esta parte del subcontinente indio. Los pequeños rohinyás están destinados a un futuro legal incierto. El único refugio real lo tienen en los brazos de sus madres, quienes los cubren con mantas donadas por organizaciones de ayuda. La mayoría de estos bebés no tiene nombre, aunque algunos fueron nombrados en el momento en que Chowdhury los retrató.
Los bebés que nacen en Cox’s Bazar nacen sin una ciudadanía legal. Históricamente, los rohinyás han vivido en Myanmar (Birmania) desde el siglo XV. El gobierno de este país los ha discriminado desde 1982, cuando se aprobó una ley que les niega la ciudadanía. La situación actual para los rohinyás se encuentra bifurcada en un limbo legal que aplasta su identidad.
Por una parte, Myanmar los reconoce como inmigrantes ilegales bengalíes, mientras que, en Bangladés, país donde reciben refugio, los rohinyás no son considerados como refugiados, sino como desplazados temporales; residentes que viven segregados del resto de la población y ninguno de los dos países se hace responsable.
Por ello, los bebés que nacen en Cox’s Bazar son como extranjeros sin patria.
Este asentamiento, ubicado en la costa oeste de Bangladés, alberga a más de un millón de rohinyás. Desde 1992 esta minoría étnica de mayoría musulmana ha tenido que huir de Myanmar a causa de la limpieza étnica. En 2017, un nuevo estallido de violencia en este país hizo que el resto de la población rohinyá creara el refugio más grande del mundo.
Se ha señalado al ejército birmano —conformado en su mayoría por budistas—, como el responsable de cometer el genocidio contra el pueblo rohinyá.
Chowdhury pudo haber mostrado en sus fotos el hacinamiento en el que viven los rohinyás, las condiciones insalubres, las enfermedades o la incertidumbre del monzón. Pero Born Refugee busca romper con la mala estrella de haber nacido rohinyá e intenta demostrar que estos pequeños pueden vivir en un mundo sin fronteras en el que pueden asumirse, si ellos quieren, como ciudadanos del mundo.
Conoce más de este proyecto: