En México hace poco fue aprobada la Reforma Energética, que prioriza el uso de hidrocarburos y gas shale por sobre las energías limpias. Aun con la inconformidad y descontento de decenas de organizaciones sociales y sociedad civil organizada, la reforma fue aprobada por ser supuestamente una palanca de desarrollo para el país. En ese entorno, el presidente Enrique Peña Nieto anunció, en una acción supuestamente democratizadora, que el “Paquete Verde” que hará operativa a la Reforma Energética (una serie de modificaciones a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, y la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, entre otros) sería sometido a discusión.
Luego de unos meses, el pasado 3 de noviembre Peña Nieto afirmó que había ya decretado el andamiaje para las modificaciones legales. Por su parte Greenpeace México, que buscar tomar parte en la elaboración de las leyes y de hecho ya cuenta con su propuesta, ha hecho dos invitaciones al presidente para elaborar el “Paquete Verde”, sin respuesta u obteniendo “largas” del gobierno.
Las leyes del “Paquete Verde” son cruciales porque depende de ellas el impacto a las comunidades y al medio ambiente en el proceso de explotación de hidrocarburos (que ya de por sí es altamente cuestionable). Para Greenpeace es urgente que estas leyes sean percibidas por la sociedad con la relevancia que emanan, pues son quizá aún más importantes que la misma reforma.
El pasado 8 de octubre la organización hizo llegar al presidente una serie de iniciativas de reformas a diversas leyes con el fin de fortalecer la protección de los ecosistemas mexicanos por la inminente la amenaza de un deterioro mayor como consecuencia de la Reforma Energética, las cuales no fueron tomadas en cuenta.
Finalmente, el último intento de Greenpeace por lograr una audiencia con Peña Nieto se hizo el 29 de octubre, del cual no se ha obtenido respuesta:
“Con las reformas decretadas por Enrique Peña Nieto, no sólo se desoyen las recomendaciones de los especialistas y de los sectores preocupados por la protección del medio ambiente, sino que pone en riesgo el cumplimiento de las metas de sustentabilidad que el titular del Ejecutivo pregona en sus discursos”.
Si te suena, haz presión al presidente en redes sociales para que este tema cobre fuerza y se promueva un diálogo abierto con las organizaciones.