Nacer es un acto hasta cierto punto involuntario: un día (es decir, 9 meses después de un complejo proceso fisiológico de los mamíferos), los seres humanos aparecen, y ya está. En términos legales, sus padres contraen una serie de obligaciones, y el bebé tiene una serie de derechos. Pero un hombre en la India no está de acuerdo con cómo son las cosas por aquí desde el Paleolítico.
Raphael Samuel es un abogado de Bombay, en la India, que abandera la corriente del antinatalismo.
El antinatalismo se define como la creencia de que la vida humana es a tal punto prescindible que sería mejor no haber nacido y de que quienes existen deberían dejar de procrear.
En sus propias palabras:
La humanidad no tiene sentido. Hay tanta gente sufriendo. Si la humanidad se extinguiera, la Tierra y los animales serían más felices. Ciertamente, estarían mejor. A su vez, ningún otro humano sufriría más. La existencia humana carece totalmente de sentido.
En una acción de consecuencias más filosóficas (y familiares) que legales, este hombre aún tiene que encontrar un abogado que quiera tomar su caso. El abogado tendrá la nada sencilla tarea de demostrar legalmente que sus padres debieron haber pedido el consentimiento del hijo para nacer, lo que sentaría un precedente inusitado en todas las jurisdicciones del mundo.
Por fortuna, tal vez la respuesta se encuentre en casa: el padre y la madre de Samuel son abogados. ¿Tal vez podrían recomendarle alguno?
En una entrevista con la revista TIME, Kavita Karnad Samuel, madre de Raphael, afirma que admira “la temeridad de mi hijo para llevar a sus padres a la corte, aun sabiendo que ambos somos abogados”.
Con un racionalismo bastante sensato, la señora Karnad señaló que “si Raphael inventa una explicación racional de cómo podríamos haber buscado su consentimiento para darlo a luz, aceptaré mi culpa”.
¿La demanda puede proceder?
Samuel reconoce que su plan no es perfecto, pero que la decisión de demandar a sus padres es una decisión “de principio”. Es decir, que se encuentra motivada por un interés filosófico, más que legal. Si quieres saber más de esta corriente, visita Nihilanand en Facebook.
Desearía no haber nacido. Pero no se trata de que no esté feliz con mi vida. Mi vida es buena, pero preferiría no estar aquí. Ya sabes, es como que la habitación está muy bien decorada, pero no me gusta estar en ella.