En México el poder de la inmobiliarias ha desplazado la vida verde de las ciudades, creando cercos de condominios o departamentos que hacen que el tráfico se acentúe sin una lógica distributiva. Asimismo, es conocido como los gobernantes dan concesiones a conocidos y a distintos núcleos de empresarios con obras que no necesariamente son necesarias, pero que sí representan un negocio redondo para ciertos círculos.
Por lo anterior, el escepticismo a las obras públicas suele ser común. En la ciudad de México, por ejemplo, el activista Daniel Gershenson han estado denunciado cómo desde la administración pasada con el político Marcelo Ebrard, y en la actual con Miguel Mancera, se han hecho importantes ecocidios en la ciudad a favor de las inmobiliarias. Justo en una urbe que necesita de pulmones importantemente por su cantidad de población de personas y de autos.
Recientemente, en la zona de Río Mixcoac de esta ciudad, en la noche del 8 de marzo, el gobierno comenzó a talar al menos 100 árboles para derribar finalmente un total de 855 como parte de un proyecto que Susana Kanahuati, activista y vecina de la zona, reclama “Siempre se pidió que ese proyecto no se hiciera como estaba. El Proyecto del doble túnel, el deprimido de Río Mixcoac de 1 kilómetro, es muy riesgoso es muy largo y además, precisamente no era socialmente responsable, por costos, por el daño ecológico, por comprometer los ríos entubados”.
Por su parte Gershenson advierte “demuestra una vez más la acción totalmente conocida de Miguel Ángel Mancera y de las autoridades de la Secretaria del Medio Ambiente, pues que están para defender el entorno ecológico en una zona en donde se pudo haber construido una alternativa de vialidad que no comprometiera estos miles de árboles que constituyen el patrimonio de toda la ciudad”.
El costo total del proyecto llamado el Deprimido Mixcoac que busca hacer el gobierno es de 6 mil 500 millones de pesos. Según un comunicado de este, esta obra permitirá recuperar 15 mil metros cuadrados de espacio público, en los que sobresale un parque lineal en el camellón central de Río Mixcoac. Sin embargo, los parques lineales no reemplazan en opinión de Gersenshon el oxígeno y el nivel de humedad que provocaban los 855 árboles.
Unos 80 vecinos protestaron el domingo por el derribo de los árboles, pero fueron replegados por granaderos para que desbloquearan la avenida en la que se encontraban. Se trata de una de las luchas ecológicas que más fuerza han ganado en los últimos años en la ciudad; quizá una que pueda poner en la mesa el tema del gran poder de la inmobiliarias por sobre la salud verde de la ciudad.