La primera preocupación de la humanidad era saber si existía agua en otros lugares, pues sin ella no podríamos subsistir, ahora, la siguiente es determinar las diferencias.
La existencia de agua en la Luna, y posiblemente en abundancia, no es nada nuevo. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren inesperadamente que puede estar formándose continuamente con un proceso que es imposible en la Tierra.
El agua y su importancia: Un descubrimiento con diferencias
El agua contribuye a la estabilidad y regulación de los entornos, del medio ambiente y de los organismos que habitan en este, por lo tanto, se convierte en un factor que determina la supervivencia de la fauna y flora del planeta. Pero, ¿cómo es en otros planetas?
Tras el descubrimiento de la presencia de agua en la Luna y en Marte, la principal inquietud fue reconocer si la vida sería posible en dichos planetas, tras diversos estudios, se ha logrado identificar que a pesar de ser el mismo componente molecular su presencia y forma son diferentes de la Tierra, por lo tanto, algunas no son buenas para la vida.
De hecho, la necesidad por encontrar agua y poder usarla para la vida humana o de los seres del planeta Tierra, se debe a que la distribución del agua en la superficie de la Tierra es extremadamente engañosa. Al cubrir aproximadamente el 70 por ciento de toda la superficie, da la impresión de que está presente en la Tierra en gran abundancia, sin embargo no es así.
La gran mayoría de está agua, ya se encuentra contaminada, incluso de está agotando, por ello, descifrar y estudiar otras aguas presentes en planetas o en la misma Luna se vuelven importantes, pero para entenderlo se debe reconocer sus diferencias:
¿Cómo es el agua en la Tierra?
El origen del agua en la Tierra ha sido objeto de numerosos estudios que, especialmente en los últimos años, han tenido importantes avances. Inicialmente se pensó que el agua provenía del espacio y era transportada a la Tierra por cometas, asteroides y meteoritos.
Recientemente ha surgido con éxito la hipótesis de que, en cambio, ya había agua en el disco protoplanetario a partir del cual se formó la Tierra. Por tanto, según esta hipótesis la Tierra se habría formado inmediatamente con su suministro de agua. Quizás inicialmente la cantidad de agua inicial fue mayor, pero luego se evaporó parcialmente y escapó de la gravedad terrestre debido a la temperatura inicialmente muy alta del planeta.
De hecho, la cantidad total de agua presente en nuestro planeta no es tanta. Su masa apenas alcanza el 0.2 por ciento de la masa total de la Tierra. Por cada “kilogramo” de la Tierra, sólo hay 2 “gramos” de agua. El porcentaje baja al 0.005 porcetual, sí nos limitamos únicamente al agua dulce. Por cada 1000 kilogramos de Tierra sólo hay 5 gramos de agua dulce.

¿Cómo es el agua en la Luna?
Sabemos que la Luna no emite su propia luz sino que refleja la luz solar directa e indirecta. Esta luz reflejada por la Luna tiene, por tanto, todas las características de la luz solar. Sin embargo, también tiene algunas peculiaridades (concretamente líneas y bandas de absorción) que se añaden al espectro solar dependiendo de la naturaleza de las rocas lunares que lo reflejan.
La observación de bandas moleculares de agua en el espectro solar reflejado de la Luna ha revelado la presencia de agua en algunas regiones de ella. De hecho la presencia del agua, se debe a que cuando se produce un impacto meteórico en la superficie lunar, debido a las altas temperaturas desarrolladas durante el impacto, las rocas de silicio en el lugar del impacto se derriten e incluso se evaporan formando esferas de vidrio. Estas esferas de vidrio tienen una superficie porosa capaz de captar agua.
Las moléculas de agua se forman tras la interacción de los protones presentes en el viento solar con los electrones ya presentes en las rocas, formando átomos de hidrógeno; luego se unen al oxígeno ya presente en la superficie de estas esférulas, formando moléculas de agua.
Este mismo mecanismo de producción de agua es imposible de operar en la Tierra porque gracias al campo magnético terrestre el viento solar no puede llegar a la superficie.