Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, han encontrado coordenadas astronómicas increíblemente precisas escondidas en un códice medieval. En un principio se pensó que se trata de un texto de poesía, pero estudios más profundos revelaron caracteres escondidos en él.
Los códices medievales no son raros, existen muchos de ellos que han sido investigados y han descubierto que aportan información verdaderamente valiosa. Son tan importantes que incluso en nuestros días se siguen descubriendo datos de gran relevancia en ellos, pero lo más sorprendente es cuando se encuentra información escondida en ellos.
Codex Climaci Rescriptus
En 2012, el historiador bíblico Peter Williams la Universidad de Cambridge encontró un manuscrito de la Edad Media de nombre titulado Codex Climaci Rescriptus. Este había sido conservado durante siglos en el monasterio ortodoxo de Santa Catalina, en la península del Sinaí que colinda entre Egipto, Israel y Palestina.
Biblioteca del Monasterio de Santa Catalina. Crédito: Amanda Ahn.
Williams encargó a sus estudiantes de la Universidad de Cambridge, el estudio del misterioso códice que a simple vista parecía contener pasajes de Eratóstenes y un poema escrito en el siglo III, que describía constelaciones del cielo. Sin embargo, un análisis más profundo reveló que contenía caracteres escondidos en él.
Jaimie Klair fue quien encontró que debajo del texto visible, existían caracteres que parecían haber estado escritos griego. En especial llamó su atención un pasaje que contenía números, apenas visibles.
El hecho de que un manuscrito medieval haya sido borrado para luego reescribir nueva información en él, no es raro. La práctica de reutilizado de papel es muy común en esta época de la historia debido a lo costoso que era la producción de hojas de papel que en realidad estaban hechas de cuero. El texto primero, se raspaba para luego reescribir nuevos datos sobre el cuero. En ese sentido, el Codex Climaci Rescriptus es un palimpsesto, nombre que reciben los manuscritos reutilizados.
El mítico atlas estelar de Hiparco
Luego del descubrimiento de Klair, Williams remitió la imagen del pasaje lleno de números a su colega del Centro de Investigaciones Científicas de Francia Victor Gysembergh. Allí hicieron análisis en diferentes magnitudes de ondas y utilizaron un algoritmo, para encontrar coincidencias entre los caracteres.
De esta manera dieron con un descubrimiento impresionante, el pasaje escondido contenía las coordenadas precisas de las estrellas que forman la constelación Corona Borealis.
Al parecer, estaban frente a una transcripción del mítico Atlas estelar de Hiparco, un manuscrito del que sólo se tenía conocimiento mediante la transmisión escrita y oral, pero del que nunca se había obtenido una prueba. Era tan misterioso que los investigadores creían que no existía y que era un simple mito. Pero esta parece ser la primera prueba de que el Atlas de Hiparco realmente existió.
Hiparco de Niceo, fue un astrónomo y matemático griego muy prolijo. Gracias a él tenemos días que duran 24 horas en las mediciones de los relojes y también el estudio de la trigonometría. Eso no es todo, fue capaz de calcular la precesión del ecuador y también fue el primero en crear una clasificación de magnitudes de brillo para las estrellas que se sigue utilizando hasta nuestros días.
Crédito: Early Manuscripts Electronic Library/Lazarus Project, Universidad de Rochester; procesamiento multiespectral por Keith T. Knox; calcos de Emanuel Zingg.
Se cree que el atlas pudo haber contenido información de hasta 850 estrellas altamente precisas. De hecho, las coordenadas de Corona Borealis que fueron encontradas en el códice, son incluso más precisas que las calculadas por Claudio Ptolomeo casi tres siglos después.