Los egipcios nos legaron una herencia cultural de gran valor histórico, pero más allá de los obeliscos, las figuras labradas en oro y el descifrado de sus jeroglíficos, la cultura egipcia nos dejó más preguntas que respuestas. Hasta el día de hoy siguen sin resolverse grandes misterios como la construcción de sus majestuosas Pirámide de Giza, pues no se sabe con exactitud cómo fue el proceso de construcción y mucho menos cómo fue que lograron una alineación casi perfecta con las estrellas de la bóveda celeste. No obstante, algunos científicos creen haber resuelto este enigma; según ellos los egipcios eran buenos lectores de los movimientos del Sol.
Las Pirámides de Giza han encantado con su grandeza a muchas personalidades como Nikola Tesla que tenía una obsesión por ellas, ya que consideraba que eran una fuente ilimitada de energía. Pero otra de las características que se han posicionado como un misterio para la ciencia es, cómo fue que los egipcios lograron construir las Pirámides de Giza alineadas con el cinturón de la constelación Orión. Una hazaña que parece más de los mismísimos dioses que de humanos, aunque la ciencia opina que más bien fueron unos grandes observadores del cielo.
¿Por qué las pirámides apuntan hacia Orión?
Los egipcios creían que la trinidad que conforma al cinturón de Orión, estrellas que hoy conocemos como Alnitak, Alnilam y Mintaka, eran el lugar donde moraban unos de sus dioses más importantes: Osiris e Isis. Por esta razón, decidieron que las Pirámides de Giza debían apuntar hacia esa dirección, pues cuando sus faraones murieran y sus restos descansaran en tan enormes mausoleos, entonces podrían ascender directamente hasta Osiris, quien conducía el Juicio Final en el otro mundo.
Religiosamente encontramos aquí una explicación del porqué los egipcios decidieron la colocación de sus pirámides, pero esta no nos explica cómo fue que lo lograron sin contar con la mínima tecnología astronómica. Según una investigación publicada en Journal of Ancient Egyptian Architecture, a falta de tecnología, los egipcios utilizaron su conocimiento del cielo y se basaron en el equinoccio de otoño para lograr una alineación casi perfecta.
Conocedores del Sol
Glen Dash, quien es arqueólogo de la Universidad de Harvard y líder de la investigación, sugiere que la trayectoria que siguen las pirámides es coincidente con la sombra proyectada por el sol durante los equinoccios de otoño en la superficie terrestre.
Para comprobar su teoría, Dash utilizó lo que se conoce como ‘vara de gnomon’, que es un método que emplea una vara enterrada perpendicularmente al suelo para registrar los patrones en la sombra del Sol. El arqueólogo utilizó esta idea simple pero genial, durante un equinoccio de otoño y al final del día se percató de que los patrones en la sombra, trazaron una línea perfecta de este a oeste.
Según Dash, así fue como los egipcios hace 4,500 años y sin necesidad de utilizar tecnología astronómica compleja, fueron capaces de alinear las Pirámides de Giza de forma magistral con las estrellas en el firmamento.