Las transnacionales tienen pésima reputación en general. Sobre todo por la cantidad de producción que hacen es casi imposible que no causen estragos en el medio ambiente o en las economías locales; quizá por ello algunas marcas se han propuesto estratégicamente hacer productos más ecoamigables.
Un ejemplo reciente es el de la icónica empresa Lego, quienes luego de una obstinada campaña de Greenpeace para que esta se desasociara de Shell (empresa petrolera que busca excavar el ártico), han iniciado una adecuación de sus productos con materia prima que no sea plástico: un acto por demás simbólico en la carrera por eliminar el uso de los hidrocarburos.
Ahora la empresa Adidas ha lanzado también un producto que pone la contaminación del océano en la mira: hecho con residuos de basura del océano y redes decomisadas y usadas por cazadores furtivos en las costas del oeste de África. Esto lo hizo en conjunto con la organización medioambiental The Sea Shepherds. Así se trate de una idea publicitaria o no, lo cierto es que usar los desechos en la producción masiva es una idea altamente bienvenida.