Conservadores de arte del Museo Nelson-Atkins de Kansas, descubrieron los restos de un saltamontes de más de un siglo, incrustados en Los Olivos, el emblemático cuadro de Vincent Van Gogh que se exhibe en aquel recinto. El interesante hallazgo surgió de la combinación de la investigación histórica y el análisis científico del trabajo del pintor neerlandés.
Detrás del arte impresionista existen sus grandes complejidades, no sólo por la técnica que tiene como protagonistas a la luz y el color, sino porque captar la esencia misma de los paisajes suponía hacerlo mientras se observaba aquello que se quería plasmar. Por esta razón muchos de los principales exponentes de la pintura impresionista, entre ellos Van Gogh, fueron aguerridos defensores del plein air que implicaba pintar al aire libre. Y aunque podemos observar los brillantes resultados, los pintores simplemente tuvieron que lidiar con el viento, polvo y ramas durante su arte. Pero no fueron los únicos ingredientes sorpresa que se lograron colar en los cuadros impresionistas.
Durante su estancia en el asilo Saint Rémy de Provence, en Francia, Van Gogh realizó una de sus obras más emblemáticas llamada Los Olivos. Y los conservadores que en el presente se encargan de cuidar del cuadro exhibido en el Museo de Arte Nelson-Atkins en Kansas, descubrieron un fortuito integrante en su composición pictórica. Un saltamontes que lleva habitando el cuadro de Van Gogh desde hace más de un siglo.
Un saltamontes como composición pictórica en Van Gogh
Los restos del insecto se encontraron en la parte inferior del paisaje, no obstante, los visitantes no pueden apreciarlo a simple vista pues se requiere de un mayor acercamiento para lograrlo. El hallazgo se hizo mientras los conservadores analizaban el cuadro para comprender mejor el proceso creativo de Van Gogh. Pero en cambio se encontraron con una situación inesperada que los llevó hacia otras preguntas.
Luego de vislumbrar la presencia del insecto, el equipo se puso en contacto con un paleontomólogo de la Universidad de Kansas para identificar de manera adecuada al pequeño habitante. El profesor Michael S. Engel descubrió que faltaban el tórax y el abdomen del insecto. Además, puntualizó que no se observa ningún rastro de movimiento en la pintura circundante. Así que concluyó que el saltamontes ya se encontraba sin vida antes de aterrizar directamente en el lienzo de Van Gogh. Probablemente impulsado por el viento.
Los Olivos además de representar un hermoso paisaje pintado por el controversial artista neerlandés, también es el hogar de algunos restos de un pequeño saltamontes que vivió hace más de un siglo, en la misma época en que lo hizo Van Gogh. Sin duda las sorpresas que engloba la historia del arte son tan interesantes que pueden hacernos cambiar para siempre la visión de una obra. En Los Olivos más allá del paisaje en sí mismo, tenemos la prueba fehaciente de la conexión entre el pintor y la naturaleza.