Mirar a través de un telescopio es mirar la historia del cosmos. A través de ese y otros instrumentos, los astrónomos tienen el gran privilegio de descifrar fenómenos que ocurrieron millones de años atrás y tratar de entender cómo era el universo primigenio. Aunque se sabe que podemos navegar en la historia cosmológica, cada que se descubre que podemos ir más hacia el inicio es un hecho para celebrar. Por ejemplo, ahora los científicos han descubierto que podemos presenciar el nacimiento de las primeras estrellas, lo que supone mirar el amanecer cósmico y cómo comenzó a iluminarse todo el espacio.
En busca del amanecer cósmico
Desde siempre la búsqueda del momento preciso en que el universo se bañó por primera vez en luz, es decir, el amanecer cósmico, ha sido un cuestionamiento para los astrónomos. Pero, parece que finalmente la ciencia desvelará este acertijo.
“Todos los elementos químicos que nos componen a usted y a mí se sintetizan en las estrellas, por lo que, en cierto sentido, el amanecer cósmico es nuestro propio nacimiento”, dijo el profesor Richard Ellis del University College de Londres, coautor de la investigación. “Ha sido un santo grial para los astrónomos no solo predecir cuándo ocurrió esto, sino también presenciarlo”.
El universo tiene una gran historia detrás, y aunque los astrónomos se han acercado más a los acontecimientos del Big Bang, aún no están completamente seguros de cómo se dieron las cosas. Según la cosmología, el universo tiene unos 13,800 millones de años de vida. Pero, durante los primeros cientos de millones de años, la luz no figuró como parte del cosmos.
Todo era una extensión oscura donde las estrellas no se habían formado y por lo tanto, no había gas de hidrógeno inundado de radiación o, en pocas palabras, luz. Conforme pasó el tiempo, el hidrógeno hizo de las suyas y se fue agrupando por acción de la gravedad hasta calentarse y dar origen a las estrellas.
Hasta ahora, los telescopios no han captado este momento, pero podría ser posible con el lanzamiento del telescopio espacial James Webb, cuyo lanzamiento será en noviembre. “A partir de nuestras mediciones, predecimos que tendrá la sensibilidad para presenciar este amanecer cósmico, tal vez el próximo año”, dijo Ellis.
Una aguja en un pajar
Pero no se trata sólo de contar con la tecnología necesaria, hay que saber dónde buscar y hacia dónde mirar. De lo contrario, sería como buscar una aguja en un pajar. Por ello, Ellis y su equipo de investigación utilizaron imágenes combinadas de los telescopios Hubble y el Spitzer para analizar las seis galaxias más distantes conocidas. Son tan lejanas a nosotros que su luz ha tardado la mayor parte de la vida del Universo en llegar hasta la Tierra.
Lograron calcular la distancia de la Tierra a estas galaxias y descubrieron que estamos tan distantes de ellas que mirar en esa dirección podría darnos respuestas. Significa que lo que miramos en el presente en estas galaxias, ocurrió 13 mil millones de años atrás, cuando el Universo apenas tenía 550 millones de años.
“Nuestras observaciones indican que el amanecer cósmico ocurrió entre 250 y 350 millones de años después del comienzo del universo y, en el momento de su formación, galaxias como las que estudiamos habrían sido lo suficientemente luminosas para ser vistas con el telescopio espacial James Webb”, dijo Nicolas Laporte, líder del estudio.
También descubrieron que el encendido de este amanecer cósmico fue gradual, en vez de una explosión donde se hizo presente la luz de repente. Pero los telescopios con los que la ciencia cuenta hasta ahora no son capaces todavía de captar este despertar de la luz. Así que habrá que esperar al lanzamiento del telescopio espacial James Webb, para presenciar el amanecer cósmico y el nacimiento de las primeras estrellas.