La ciencia comprueba que el “olor a viejo” o también conocido como “olor a anciano”, en realidad sí existe y comienza a manifestarse en el cuerpo a una edad un poco inesperada para muchos. Las personas de la tercera edad tienen un aroma peculiar, uno que para muchos significa experiencia y sabiduría, aunque en gran medida se había cuestionado si era mero producto de la imaginación o en realidad sí existía.
La curiosidad de los investigadores también los lleva a hacerse preguntas de esta índole. Por ello, científicos del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, en Suecia, decidieron analizar si el cuerpo despide distintos olores dependiendo la edad. Descubrieron que efectivamente el olor corporal natural pasa por varias etapas de cambios en la composición química que dependen de la edad a medida que envejecemos. Y aquí es donde entra el “olor a anciano”
¿Qué es el olor a viejo?
Quizá la mayoría de las personas tienen una perspectiva del olor corporal que se limita a lo sensorial. No obstante, este nos da información biológica importante que no alcanzamos a razonar pero que está presente. Justamente el esclarecimiento de este tipo de información llevó a los investigadores a discernir si los humanos somos capaces de discriminar los diferentes olores corporales dependiendo de la edad.
Este olor característico se gesta en el cuerpo como consecuencia de la oxidación de una molécula que se genera en la piel, llamada 2-nonenal. Con la oxidación de esta, sale a relucir un cierto aroma particular que caracteriza a algunas personas mayores. Se debe a cambios hormonales totalmente normales en el organismo, que llegan con la madurez.
Los especialistas aseguran que la molécula oxidada huele muy mal, incluso aseguran que “cuando abrimos una cápsula con esa molécula en el laboratorio, todo apesta”.
¿A qué edad comienza?
Si bien es cierto que todos los organismos son distintos, lo cierto es que el “olor a viejo” puede comenzar a manifestarse en el cuerpo a partir de los 30 años en adelante. Todo dependerá de los cambios hormonales de cada individuo.
“Los cambios hormonales de la madurez traen como consecuencia un aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel. Paralelamente se va reduciendo nuestra capacidad antioxidante natural”.
Aunque si estás preguntándote si es posible deshacerse de él, lamentamos decirte que la respuesta es negativa. Se trata de un olor natural que pasa a formar parte del organismo. “Los lípidos no son solubles en agua. De ahí que el mal olor relacionado con los ácidos grasos sea tan complicado de eliminar”, explican los autores.
Este aroma es tan característico que incluso existe un término en japonés para describirlo kareishu y significa “el olor de los abuelos”. Ante esta situación no queda más que relajarnos y aceptar la madurez como viene, es parte de la vida que nos trae experiencia y sabiduría.