Estudio de la Universidad Estatal de Michigan comprueba la teoría que indica que la buena alimentación de los niños es el reflejo de la buena alimentación de los padres, a pesar de los bajos ingresos que éstos perciban.
El estudio, que se realizó en personas de bajos recursos, muestra que los niños que perciben la buena alimentación de sus padres, resultan más fáciles de convencer para llevar a cabo el mismo hábito.
Lo ideal no es forzarlos a consumir algo que no les apetece, sino todo lo contrario: adoptar patrones de alimentación que resulten creativos y a la vez sanos que los convenzan a comer saludablemente.
Otra opción que representa una buena estrategia para los niños, es llevarlos al supermercado y darles a elegir lo que ellos comerán, para después preparar los alimentos elegidos en compañía de sus padres.
Para continuar con esta investigación, los realizadores de este estudio pretenden desarrollar materiales educativos, basados en la interacción padre-hijo, que permitan mejorar significativamente la alimentación de los niños.
[PSYPOST]