Hasta los años 70 del siglo pasado, la homosexualidad todavía era considerada dentro del catálogo de las enfermedades mentales. Desde 1990, la Organización Mundial de la Salud dejó de listarla entre ellas. Sin embargo, la homofobia (o la aversión a la cercanía o trato con personas atraídas por otras de su mismo sexo) puede ser un indicador de otro tipo de padecimientos.
El término “homofobia” fue acuñado por el psicólogo George Weinberg en su libro La sociedad y el homosexual sano, de 1972. Según sus palabras: “Nunca consideraría que un paciente es sano si no ha superado su prejuicio contra la homosexualidad”.
Y es que las actitudes homofóbicas contra la comunidad LGBT+ en todo el mundo ponen en riesgo la vida de las personas, por lo que investigadores como Emmanuele A. Jannini la consideran como parte de un violento cóctel de rasgos de personalidad, que puede equipararse a una enfermedad psiquiátrica.
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El cóctel de violencia de la homofobia
Jannini, profesor de endocrinología y sexología médica en la Universidad de Roma Tor Vergata, publicó un estudio donde vincula la homofobia con el psicoticismo, otro de cuyos rasgos suele ser la vulnerabilidad a conductas impulsivas, agresivas o de baja empatía. Además, este trastorno de personalidad aparece con más frecuencia en hombres que en mujeres.
En el mencionado estudio, Jannini aplicó una escala estándar para medir rasgos de homofobia en 551 estudiantes universitarios de Italia, y cruzó los resultados con los de otros rasgos de personalidad. Encontró que la aparición de rasgos homófobos en los participantes iba de la mano con mecanismos de defensa inmaduros y una vinculación paterna ineficiente. Esto se relaciona en buena medida con la ira, hostilidad, proyección de emociones e inseguridad inconsciente que caracterizan al comportamiento homofóbico.
Por otra parte, el estudio halló que los vínculos parentales fuertes y seguros son indicadores de bajos niveles de homofobia.
En una entrevista con la BBC, Jannini afirmó que “Tras discutir durante siglos si la homosexualidad podría ser considerada una enfermedad, por primera vez demostramos que la verdadera enfermedad que hay que curar es la homofobia”.