Para retratar la naturaleza salvaje hace falta una fotografía salvaje, una imagen que tenga una relativa falta de control en la composición y que se arriesgue en el proceso experimental.
Así es la fotografía de George Shiras, el padre de la fotografía de la vida silvestre nocturna. Shiras fue el primero en utilizar el flash para retratar a los animales salvajes en la oscuridad, revelando lo desconocido y dando fe de la belleza de un mundo en peligro de extinción.

George Shiras y su asistente John Hammer a bordo de su canoa equipada en el Lago Whitefish, región del Lago Superior, Michigan, 1893
En la colección George Shiras: In the Heart of the Dark Night, los animales quedan paralizados por la luz que emite la cámara. Las imágenes fueron recolectadas en las aguas del Lago Superior de Michigan, EE.UU., durante la noche, cuando los sonidos, las formas y los movimientos parecían más misteriosos y dramáticos.
Poco a poco Shiras fue retratando ciervos de cola blanca, un búho nevado, un alce en la niebla y un mapache, entre otros animales silvestres.
En cada imagen lograba cazar a estos animales en sus rutinas nocturnas donde se detenían a observar, darse la vuelta o correr.

George Shiras
Las imágenes documentan una especie de intervención y registran la interacción humana y animal. Para fotografiar de noche, Shiras imitaba una técnica de caza que aprendió de la tribu ojibwa llamada jacklighting, cuando el fuego se coloca en una bandeja en la parte delantera de una canoa, y el cazador se sienta en la proa del bote.
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Así como a Shiras, la noche ha inspirado a grandes artistas e intelectuales, como Charles Baudelaire, que encontraba inspiración en los búhos y los gatos, animales salvajes en la oscuridad y emblemas de su encanto.

George Shiras

George Shiras

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