Durante los asentamientos del ser humano en el planeta, se supo que de alguna u otra forma teníamos que convivir con otras especies. Vivir en un mundo compartido no es tarea fácil, ya que con frecuencia se discuten los límites de lo que le pertenece a una u otra especie. En Argentina, por ejemplo, un complejo lujoso convive con miles de capibaras, mientras que en Asia se debate el territorio entre felinos y humanos. Por suerte no todas las historias de convivencia entre especies son trágicas, el caso de un fotógrafo que descubrió ratones en su jardín y les construyó un hogar es el mejor ejemplo.

Simon Dell
Cuando el fotógrafo Simon Dell paseaba como de costumbre en su jardín, reconoció la presencia particulares roedores. Una familia de ratones parecían ser visitantes frecuentes de la jardinera y en lugar de recibirlos con trampas o veneno, Dell decidió construir todo un pueblito en miniatura.
“Un día salí a tomar fotos de las aves en el jardín y, cuando terminé de cortar el césped, noté que algo se movía ene l suelo, apunté mi cámara y me sorprendí al ver a un pequeño ratón muy lindo de pie justo a mi lado”, apunta Simon Dell.
No tan a menudo una familia de roedores tiene la suerte de ser bien recibidos en medio de los humanos. Sin embargo, el acto de Dell nos recuerda que siempre hay una oportunidad de tratar mejor a los seres que comparten el entorno con nosotros.

Simon Dell
Una hermosa aldea para ratones de jardín
Por esta razón, el fotógrafo documentó la creación de la aldea y a sus habitantes. Las imágenes son un verdadero regocijo, ya que se puede observar a los integrantes de la familia roedor disfrutar de hermosas instalaciones. Las distintas casas o refugios cuentan con puertas pequeñas de madera talladas con símbolos, escaleras hechas de ramas, algunas piedras que marcan el camino hacia la entrada o bien frutos que componen una suculenta fachada.
Todos los detalles se reúnen para crear una increíble aldea que ahora es el hogar de una familia de ratones. Al principio sólo había un integrante, el cual lleva el nombre de George, pero poco después la presencia de los ratones fue creciendo, como era de esperarse, y nombrarlos fue todo un reto.

Simon Dell
Pero, más allá de las identidades de los inquilinos, las fascinantes fotografías de Dell revelan un mundo de animales encantados con sus casitas. Observa cómo se relacionan entre ellos y cómo enfrentan los riesgos externos (los gatos de sus vecinos).
Aprende sobre sus gustos en alimentos, sus actividades cuando sale el sol y cuando llega la noche. Cuando hace un poco más de frío o cuando el calor les calienta el pelaje. Todo ha sido parte de un aprendizaje mutuo, un reconocimiento del comportamiento del otro y de alguna manera convivir en armonía.
No sabemos cuánto podrá durar la aldea de ratones el jardín de Simon, después de todo la vida en la naturaleza está en constante cambio. No obstante, es una buena manera de recordarnos que el espacio que habitamos está lleno de seres distintos y aprender a compartirlo es clave para la supervivencia de todos.

Simon Dell