La India es cuna de culturas y tradiciones que anteceden por siglos a Occidente. En diversas regiones es común el diseño de ofrendas domésticas, utilizando materiales y métodos tradicionales. En la región de Tamil Nadu, cerca de las metrópolis modernas de Chennai y Madurai, persiste la tradición del kolam (palabra que significa “belleza”, pero también “simetría”), que se enseña de madres a hijas desde hace generaciones.
Luego de limpiar el umbral de la casa por la mañana, las mujeres toman un poco de harina de arroz y se dedican a crear una obra de arte efímera. Pequeños puntos sirven como ejes para construir patrones florales y geométricos, que recuerdan a los fractales matemáticos.
Se trata de una forma artística con hondas raíces religiosas y mitológicas. La artista se encorva sobre su espalda como si rezara, mientras ve crecer su creación a sus pies. El kolam es una ofrenda simbólica a la diosa Lakshmi (o Laksmí), que bendice a los hogares con la prosperidad del alimento ofrendado.
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Según la investigadora Vijaya Nagarajan, profesora de teología y estudios religiosos de la Universidad de San Francisco, el kolam es una metáfora religiosa de los ciclos naturales. Según Nagarajan, en la mitología hindú se dice que los devotos tienen la “obligación kármica” de “alimentar a mil almas”. Este ritual de generosidad recuerda que las almas a quienes alimentan no son sólo humanas: las aves y los insectos pueden darse aquí un festín.
Lenguajes pictóricos e inteligencia artificial
Los científicos han estudiado la tradición del kolam tanto en su contexto ritual como en su despliegue de conceptos matemáticos avanzados. Según Marcia Ascher, profesora de matemáticas del Ithaca College, este es “un ejemplo inusual de la expresión de ideas matemáticas en un contexto cultural”.
Las figuras y patrones del kolam no funcionan como gráficas o vectores; sin embargo, algunos investigadores equiparan estos diseños tradicionales a modelos como el triángulo de Sierpinski, un fractal que se forma a partir de la repetición de triángulos equiláteros.

La colocación de los puntos principales garantiza la simetría de la composición
El kolam también ha sido estudiado como un lenguaje de programación, capaz de comprimir información a través de reglas formales y estructuras básicas. Al entrenar inteligencias artificiales para reproducir kolams, los científicos informáticos han aprendido mucho sobre el lenguaje pictórico aplicado.
A pesar de que se trata de una fascinante expresión cultural, tradiciones como el kolam, el rangoli o el aripana, practicados en las distintas regiones de la India, se enfrentan con el desinterés de la juventud y con modos de vida urbanos que dejan poco espacio en la vía pública para practicarlos.
Aunque los diseños muchas veces se documentan en libros (incluso algunos hechos por las propias familias que los realizan), existen festivales como el de Margazhi donde se le da especial atención al kolam. Las mujeres que lo practican lo describen como fuente de salud y creatividad. Según Nagarajan, también es “un poderoso vehículo para la autoexpresión de las mujeres de Tamil”, capaz de “articular deseos, preocupaciones, sensibilidades y sufrimientos, y afirmando en última instancia el poder con el que las mujeres han sido bendecidas para crear una realidad deseada: un hogar feliz y saludable”.