El Black Friday (viernes negro) es el día que inaugura la temporada de compras de fin de año en Estados Unidos. En el resto del mundo, pronto comenzará también el periodo de compras navideñas, lo que implicará tráfico, estrés, “descuentos”, gente endrgogada, toneladas de basura en envoltorios de regalos, etcétera, etcétera.
En la sociedad moderna ha aumentado enormemente el número de compradores compulsivos. Por ello se creó el Free Fashion Challenge, un reto para todos los adictos a las compras, en el que les proponen el reto de abstenerse de comprar por un año.
El proyecto fue creado por Laura de Jong, en colaboración con el Instituto de Moda de Ámsterdam. 15 declarados adictos a la moda abanderan este reto; han prometido no comprar nada por un año, ni siquiera calcetines ni ropa interior.
Las reglas que ellos se impusieron también incluyen no aceptar regalos, ni comprar tela para que ellos mismos se fabriquen ropa. Deben adaptarse con todo lo que tengan en sus armarios y nada más. Tampoco es un gran reto, si consideramos que hay muchísimas personas que compran ropa y la utilizan un par de veces (o nunca).
Fuera de si aceptemos o no el reto, es una buena ocasión para reflexionar sobre el consumo masivo, las compras impulsivas, los créditos solicitados, las temporadas de consumismo. ¿Qué tan necesario es lo que compramos?
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