Descifrar lo que contiene el universo es uno de los objetivos principales del ser humano: descubrir de qué estamos hechos y de qué forma nos conectamos con el espacio, o si hay forma de percibir lo que sobrevive fuera de nuestro planeta.
Los astrofísicos han desarollado una teoría sobre los agujeros negros según la cual estas formaciones del universo podrían rodearnos. Cerca del 80% del universo se compone de materia oscura y misteriosa cuya existencia parece no tener explicación alguna.
Sin embargo, esta energía se mantiene presente. A pesar de que (hasta ahora) es imposible de localizar o detallar su estructura o funcionamiento, los agujeros negros pueden ser una clave para el entendimiento de la materia oscura.
Estas masas estelares parecen ser una buena explicación para la crisis sobre la materia oscura, de forma que sea posible darle sentido a las teorías científicas sobre la composición del cosmos y las partículas que componen esta materia.
Un nuevo tipo de agujeros negros
Solemos tener conocimiento de esos masivos hoyos negros que sobrepasan en tamaño al sol. Pero ahora los científicos lograron reconocer ondas gravitacionales de dos agujeros negros que podrían haber revelado una teoría sobre los agujeros negros miniatura. Los científicos sugirieron que, así como la Tierra nació de un punto que se convirtió en una máxima explosión (el Big Bang), los agujeros negros pudieron haber nacido de un pequeño cúmulo de partículas.
Timothy Brand, colaborador del Instituto de Estudios Avanzados, sugirió que los átomos que conforman a estos pequeños agujeros negros podrían ser microscópicos. Si estas minúsculas masas estelares estuvieran presentes en el planeta y rodearan a las personas, es muy posible que la gente sufriría deformaciones.
Por lo tanto, la teoría de que los agujeros negros son nuestros fieles acompañantes en la Tierra posiblemente es falsa. Algunos científicos sostienen que los agujeros negros de vez en cuando abandonan el espacio para cruzar por el planeta sin causar grandes estragos.
Hasta el momento, sabemos que estos pequeños agujeros negros existen. Lo único que falta por descubrir es si se encuentran entre nosotros o continúan su viaje por el espacio hasta crear masivas explosiones de materia estelar o, en todo caso, deformar las órbitas de los satélites.
Puede que estos agujeros negros miniatura choquen con algo en la Tierra una vez cada 100 millones de años, o que tal vez estas partículas se evaporen con la radiación antes de llegar a nuestro entorno. Pero lo verdaderamente magnífico es reconocer que la materia oscura puede existir entre nosotros y acercarnos a ella hasta ser capaces de reconocerla.