Conforme avanza el tiempo, miles de personas de la provincia emigran a la ciudad. Se espera que para el 2050, el 70% de la humanidad viva en ciudades, lo cual no quiere decir que tenga que existir un distanciamiento con la naturaleza. Para ello, el profesor Tim Beatley de la Universidad de Virginia, está elaborando un proyecto ecológico en el que dentro de las ciudades se pretende rescatar y crear áreas verdes. Las llamadas “Ciudades biofílicas” pretenden perpetuar el contacto hombre-naturaleza. Un claro ejemplo de este tipo de ciudad es Singapur. En ella existen cientos de edificios que restringen el contacto con la naturaleza, sin embargo, el gobierno se ha preocupado en mantener áreas en las que los ciudadanos se puedan esparcir libremente.
¿Qué sucede cuando en las ciudades se pueden admirar espectáculos naturales que se suscitan de manera espontánea? La gente se asombra ante la belleza de lo que sus ojos miran.
Este fenómeno sucedió en Austin, Texas, cuando un enorme grupo de murciélagos comenzó a volar por encima de personas que admiraban su vuelo. El resultado es el predicho: sonrisas, alaridos de emoción, la unión de los ciudadanos para un mismo fin. He ahí la importancia del contacto del ser humano con la naturaleza.
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