Cada ser en la naturaleza parece tener su propio método para inspirar el amor. Desde los peces globo con sus hermosos mandalas hasta las aves vogelkop con inquietantes danzas de oscuridad, todas las especies tienen sus propios mecanismos para conseguir pareja y ciertamente las luciérnagas como increíbles símbolos de luz no podían quedarse atrás.
Como expertas en el arte de iluminar, las luciérnagas han utilizado su destello como una eficiente herramienta para distintos escenarios como alejar a depredadores, o bien, atraer el amor. A través de su bioluminiscencia las luciérnagas crean destellos que pueden ir desde deslumbrantes espectáculos de sincronización hasta la creación de figuras particulares.
Este último es el caso de las hembras de la especie Photinus pyralis, las cuales impulsan el apareamiento con un peculiar luz en forma de corazón ¿hay algo más romántico?
Las luciérnagas y su destello en corazón
Aunque cada especie de luciérnagas tiene un patrón en especial, para las hembras Photinus pyralis revelar su corazón es literalmente parte de todo un proceso. La hembra debe estar atenta a las señales de un macho de la especie, puede descubrir muchas señales pero no todas son las indicadas.
Una vez que llega la señal indicada, la hembra gira su abdomen en dirección al macho que ha elegido y entonces es momento de revelar su corazón secreto. Pero eso no es suficiente, el macho debe responder al juego de la seducción y lo hará dibujando una “J” en el cielo.
Cuando ambas luciérnagas se corresponden en este coqueteo, entonces la conexión esperada se lleva a cabo y ambos insectos intercambian sus nutrientes y químicos, los cuales darán vida a las nuevas generaciones de luciérnagas que también podrán iluminar el cielo con destellos en corazón.
¿Cómo generan su luz?
Debajo de su abdomen, las luciérnagas tienen órganos lumínicos que contienen luciferina, el compuesto químico que permite la luminiscencia tanto de las luciérnagas como de otros organismos como bacterias, hongos y algas. Cuando las luciérnagas absorben oxígeno, esta luciferina se oxida por la acción de la enzima luciferasa y como resultado de esta reacción se emite luz. Su luz puede tener una coloración amarilla, verde, naranja o azul.
Esta suele ser intermitente y le sirve a las luciérnagas como una señal con la que pueden encontrar pareja, tal como en el caso de las luciérnagas con su corazón. Pero es gracias a esa interacción química que las luciérnagas son consideradas un espectáculo único de bioluminiscencia y romanticismo.