Desde hace tiempo existe una preocupación creciente entre los científicos ambientales, pues poco a poco la disminución de insectos ha ido mermando en los ecosistemas. No sólo se trata de las abejas, mariposas y los insectos polinizadores, en general, los insectos que tienen un papel sumamente importante en la naturaleza, han experimentado un decrecimiento en sus números. Desde luego que los pesticidas y la destrucción de los hábitats son los causantes principales, sin embargo, una nueva investigación agrega a las lombrices como un misterioso sospechoso.
Pequeños invasores de la tierra
Cuando se piensa en jardinería lo primero que viene a la mente es que necesitamos dotar a la tierra de los suficientes nutrientes para que de ahí prosperen las flores y frutos, y uno de los componentes esenciales que se ha utilizado ampliamente son las lombrices de tierra, pues ayudan a generar humus y nitrogenar el sustrato. No obstante, la reciente investigación publicada en Biology Letters, descubrió que estos seres podrían no ser la mejor opción cuando se trata de bosques norteamericanos.
El estudio se encargó de analizar las condiciones de 60 parcelas en un bosque de álamos en Alberta, Canadá. Allí se percataron de una extraña relación entre las poblaciones de lombrices de tierra y los seres invertebrados en general. Encontraron que a medida que aumentaba el número de lombrices de tierra, menor era la diversidad y la abundancia de seres invertebrados en la superficie terrestre.
Las conclusiones de la investigación pueden parecer contradictorias, pues con frecuencia se tilda a las lombrices de tierra como la panacea de la fertilidad, ya que son descomponedores en la cadena trófica y ayudan a mantener fértil la tierra. No obstante, podrían no ser los ángeles terrestres de la biodiversidad, al menos no en los bosques del norte de América.
“Cuando la gente habla de la disminución de insectos, rara vez habla del suelo”, dice Nico Eisenhauer , ecologista del suelo y coautor de la investigación. “Muchos de los insectos e invertebrados que están en declive tienen fases de vida en el suelo. Lo que no ves volando ahora primero ha desaparecido del suelo, y las lombrices de tierra pueden alterar fundamentalmente las condiciones del suelo”.
Bosques distintos a los tropicales
Los bosques del norte de América son especiales, se diferencian de las junglas más hacia los trópicos donde las lombrices reinan. En cambio, las regiones septentrionales vivieron la última glaciación (hace más de 10 mil años) que cubrió por completo los terrenos más hacia el norte de Canadá y parte de los Estados Unidos. Cuando el hielo retrocedió al terminar la era de hielo, los campos volvieron a reverdecerse, sin embargo, los gusanos no volvieron a la tierra ya que sólo son capaces de expandir sus áreas de distribución 10 metros por año.
La tierra de aquellas regiones evolucionó a partir de la ausencia de lombrices de tierra y durante milenios encontró la forma de generar biodiversidad sin la necesidad de estos gusanos. Pero la globalización ha ocasionado que actualmente estos bosques se inunden de lombrices a consecuencia de la importación de plantas, de la reintroducción intencional o incluso por la visita de montañistas que pueden cargar huevecillos de lombriz en sus botas o bicicletas.
La consecuencia es la desaparición de los seres invertebrados entre los que están algunos insectos e incluso salamandras que viven en esta región. Por esta razón es que el estudio ha encontrado una relación directa entre la población creciente de lombrices en los bosques del norte América y la desaparición de algunos animales invertebrados endémicos.
Los autores advierten sobre la necesidad de controlar el crecimiento de los números de lombrices de tierra, para preservar la fauna local. De lo contrario, el ecosistema volverá a cambiar, pero esta vez provocado por la acción del hombre.
Referencias: Jochum, M. Eisenhaur, N. (2022). Aboveground impacts of a belowground invader: how invasive earthworms alter aboveground arthropod communities in a northern North American forest. Biology Letters. DOI