Cualquier amante de los gatos tiene bien claro que a estos pequeños felinos les gustan las cosas a su propia forma. Quizá tienen comportamientos enteramente domésticos, pero la evidencia en la evolución de su ADN muestra que se deben a su propia voluntad y que, de hecho, la domesticación también lo es. Al parecer los gatos son tan indómitos y perfectos que se domesticaron a sí mismos, pero ¿cómo sucedió?
Imagen: @malek_dridi
El inicio de una larga amistad
Para entender más sobre la evolución del comportamiento de los gatos, hay que remontarnos a la zona geográfica de lo que hoy es China. En la provincia de Quanhucun, investigadores encontraron muestras de que los gatos han estado viviendo con los humanos desde hace 5 mil años.
Además, diversas excavaciones en sitios arqueológicos donde se han hallado restos de ADN de gatos antiguos, apuntan a que los orígenes de nuestros gatos domésticos se encuentran entre el Oriente y el antiguo Egipto. Quizá hoy en día podamos ver gatos de todos los colores, formas y pelajes, pero en un principio era sólo una especie: el Felis Silvestris Lybica o gato africano, del que todas las especies de gatos descienden.
El análisis de ADN también sugiere que los gatos vivieron junto a los humanos durante miles de años antes de ser domesticados. Al parecer los pequeños felinos, muy ad hoc a su conducta actual, se tomaron su tiempo para decidir si querían formar parte del hogar humano o no. En otras palabras, los gatos se domesticaron a sí mismos.
“Nuestros datos sugieren que los gatos se sentían atraídos a las antiguas aldeas agrícolas por animales pequeños, como roedores, que vivían del grano que los agricultores cultivaban, comían y almacenaban. El pueblo de Quanhucun era una fuente de alimento para los gatos hace 5.300 años, y la relación entre humanos y gatos era comensal o ventajosa para los gatos”.
Los gatos en tiempos antiguos
Mucho antes de que esto sucediera, los ancestros de los gatos domésticos actuales se extendieron de Asia hacia Europa en el 4,400 a.C. Pero no fue hasta hace 8 mil años que comenzaron a vivir una relación con los humanos. Los roedores eran atraídos por el alimento de las poblaciones, a su vez, los gatos se acercaron para perseguir a los roedores en los asentamientos humanos.
Les tomó unos tres mil años más para decidir domesticarse a sí mismos y decimos esto porque según la evidencia, los humanos no los encerraron en una jaula para amaestrarlos, sino que más bien permitieron que estos se acercaran solos. Sabemos esto porque el ADN de gatos antiguos muestra que no existen tantas diferencias con nuestros actuales gatitos.
Imagen: @filmlav
Un claro ejemplo de domesticación, son los perros. En un inicio, el humano le asignó tareas específicas a los canes y conforme la eficiencia de estos, el ser humano seleccionó ejemplares más aptos, caso que nunca sucedió con los gatos. No hubo necesidad de someter a los gatos a un proceso de selección, simplemente eran perfectos tal y como eran.
Y lo siguen siendo, actualmente los gatos se han convertido en grandes animales de compañía. Quizá no son tan obedientes como los perros, pero pueden serlo si les conviene y por eso los amamos.