El retroceso de los glaciares es un tema cada vez más preocupante y aunque este fenómeno se da de forma natural en temporadas calurosas, muchos de los grandes cuerpos helados no han logrado recuperar su extensión de hielo durante las épocas invernales. Uno de los pocos glaciares que existen en Sudamérica, se ubica en Chile, la tierra andina cubierta por nieve. El glaciar Tyndall ha retrocedido hasta 2 kilómetros de hielo en lo que va de las últimas tres décadas y con esto, ha revelado un mundo mucho más antiguo que el nuestro, un enorme cementerio de reptiles prehistóricos.
Conforme avanza el cambio climático y el calentamiento global, los principales glaciares del mundo, tanto en los polos como en lo alto de las montañas, están sufriendo derretimientos más apresurados cada vez. Las consecuencias ambientales son muy preocupantes, debido a que el equilibrio planetario se está rompiendo. Pero también está ocurriendo un fenómeno revelador, las extensiones de tierra que cada día quedan al descubrierto guardan secretos ancestrales de la vida que habitó la Tierra hace millones de años y que con el derretimiento de los glaciares quedan al descubierto.
Un cementerio prehistórico
Décadas atrás los paleontólogos se habrían perdido de tal descubrimiento, pues el glaciar Tyndall ha estado cediendo cada vez más territorio y hasta 1965, se encontraba al menos 2 kilómetros más hacia dentro de su borde actual. Sin embargo, con el incesante incremento de las temperaturas, cada temporada invernal el hielo retrocede más, dejando al descubierto capas de tierra que no habían sido exploradas antes.
El retroceso del hielo ha revelado un enorme cementerio prehistórico en donde se han encontrado esqueletos de reptiles. Desde luego que no se trata de cualquier tipo de reptil, sino de aquellos más grandes que alguna vez habitaron el planeta. Hasta el momento, los paleontólogos han encontrado un total de 76 ictiosaurios en el lecho rocoso adyacente al glaciar Tyndall, que se ubica en la Patagonia Austral.
*Fósil de ictiosaurio en el Museo de Historia Natural en Austria.
Algunos de los fósiles fueron descubiertos a principios de 2022, cuando los paleontólogos se trasladaron al lugar con el objetivo de extraer a ‘Fiona’, como llamaron al esqueleto fosilizado completo de una hembra de cuatro metros de largo con varios embriones. Pese a que Fiona ya había sido detectada con anterioridad, en el año de 2009 por la investigadora Judith Pardo Pérez de la Universidad de Magallanes, hasta entonces el hielo no había revelado la presencia de más ejemplares de ictiosaurio.
Mucho más grande de lo que se pensaba
Las imágenes satelitales que podemos observar abajo, muestran el borde del glaciar con casi tres décadas de diferencia. La primera fue tomada el 14 de enero de 1986 y en ella se puede observar cómo en la parte superior izquierda muestra regiones de glaciar que cubrían el lecho rocoso. Sin embargo, en la segunda imagen del 17 de enero de 2022, se puede apreciar claramente cómo algunas de las regiones que antes estaban cubiertas por el hielo, ahora se encuentran al desnudo.
Los paleontólogos explican que para la primera fotografía, Fiona ya había quedado expuesta e incluso piensan que muchos de los ejemplares de ictiosaurios que ahora se sabe que están enterrados ahí, ya estaban también al descubierto. De hecho, cuando Prado Pérez comenzó a trabajar en la zona en 2004, estimó que el cementerio fósil abarcaba aproximadamente 5 kilómetros cuadrados.
Pero a medida que el borde de hielo retrocede, los investigadores descubren que el terreno en donde pueden encontrar fósiles, es mucho más grande de lo que pensaban. Hoy en día se estima que casi toda la región de tierra que ha quedado al desnudo, está repleta de indicios de vida ancestral. Se cree que el cementerio de reptiles abarca un total de 15 kilómetros cuadrados.
Los ictiosaurios eran reptiles marinos más parecidos a las marsopas que conocemos hoy en día. Según los investigadores, habitaron en los océanos entre 250 y 90 millones de años atrás, casi al mismo tiempo en que los grandes dinosaurios dominaron el planeta.
El hallazgo es de gran importancia, pues ayuda a los paleontólogos a comprender mejor la dinámica de la vida de hace millones de años. “Hasta donde sabemos, no hay otro sitio en el mundo donde tantos fósiles excepcionales estén quedando expuestos debido a un glaciar en retroceso”, concluye Dean Lomax de la Universidad de Manchester.