La música es la más grande expresión del sonido y el silencio, la conjugación del caos y la calma traducida en melodías. Y aunque para muchos sea un arte generada por el hombre, para otros, la música existe por doquier, lo único que hace falta es alguien que interprete el sonido en melodía. Si optamos por este segundo camino entonces no parece descabellado imaginar que allá afuera, en el universo exterior, también existen melodías deambulando salvo que no podemos escucharlas en nuestra burbuja biológica. Un matemático belga pensó lo mismo y decidió emprender un viaje auditivo para crear música a partir de los agujeros negros y el resultado es muy interesante.
Valery Vermeulen es matemático belga apasionado por la música, comprende que ambos lenguajes en realidad comparten más cosas en común de lo que se piensa. Así que decidió unir sus dos grandes pasiones; agujeros negros, ondas gravitacionales y estrellas de neutrones traducidas en música cósmica. Pero semejante proyecto no puede funcionar así de simple y en realidad hay un arduo trabajo detrás de ello.
Cómo convertir agujeros negros en música
Vermeulen trabajo muy de cerca con el cosmólogo Dr. Thomas Hertog, un antiguo colega y colaborador de Stephen Hawking. En conjunto trabajaron para recopilar datos provenientes de la sonda espacial Voyager 1 que se encuentra vagando por el Universo, en los límites más lejanos que la humanidad ha alcanzado. En su trayectoria la sonda ha atravesado 23 mil millones de kilómetros desde que emprendiera su viaje desde la Tierra. Es de esperarse que en esta travesía tenga datos interesantes para contar a los astrofísicos y que ahora se pueden escuchar en forma de música.
Una vez que datos de la radiación magnética captada por la Voyager 1 provenientes desde los objetos cósmicos, fueran recopilados por ambos, Vermeulen se dio a la tarea de seleccionar algunos de ellos para luego transformarlos en melodías. ¿Cómo lo logró? A través del proceso conocido como sonificación, que es un método frecuente que se utiliza para representar cierto tipo de información.
Se enlazaron las frecuencias de las ondas de radiación captadas por la Voyager 1, con sonidos correspondientes a ella. Frecuencias que estuvieran dentro del espectro captado por el humano, para que pudiera resultar audible. La música que se desprende es sumamente asombrosa.
La sonificación por sí sola ya arroja melodías interesantes, pero Vermeulen decidió darle un salto más interesante. Comenzó a mezclar los datos del cosmos convertidos en sonido, con otras fuentes melódicas para luego crear canciones. El resultado es una obra de nombre Mikromedas que puedes escuchar aquí abajo.
Valery Vermeulen · Mikromedas AdSCFT 001 (Preview)