La isla Clarión es una de las más distantes de la costa de México. En una expedición reciente, encabezada por Juan Esteban Martínez Gómez, Investigador del Instituto de Ecología (Inecol), este espacio lejano ha demostrado que aún guarda intrigantes secreteos.
Desde hace 78 años no se había sabido nada de la serpiente Hypsiglena ochrorhyncha unaocularus, una especie nocturna con patrones de manchas cafés sobre su cuerpo. Su tamaño llega hasta los 40 0 55 cm de largo.
La primera vez que se supo de la serpiente nocturna de Clarión, como se conoce, fue en 1936, cuando el naturalista estadounidense Charles William Beebe viajó al remoto sitio para estudiar sus especies.
La isla Clarión mide unos 1.600 kilómetros cuadrados y está ubicada en el archipiélago de Revillagigedo, a unos 1.100 kilómetros de México, por lo que la visita de los hombres al lugar es casi improbable.
Después del regreso de Beebe, quien de hecho se llevó un ejemplar de serpiente Clarión con él, esta quedó como vestigio en el Museo de Historia Natural de Estados Unidos. Sin embargo, a su regreso, Beebe no encontró ninguna otra serpiente similar. Años después la serpiente fue borrada de la lista de ejemplares de la isla. Pero en 2012, Daniel Mulcahy, investigador del Departamento de Zoología de vertebrados del Museo Nacional de Historia del Instituto Smithsoniano, inició una nueva expedición a la isla convencido de que la serpiente aún se encontraba ahí.
El hallazgo se considera como uno de los más significativos en su tipo en los últimos años en México. Cabe apuntar que por la poca cantidad de ejemplares de serpiente Clarión existentes, está considerada en peligro de extinción. Se cree que su reproducción fue posible por algún desbocamiento de algún río que llevó en troncos algunas especies nuevas a la isla, que luego fueron evolucionando.