En algunas de las imágenes de Hengki Koentjjoro la luz se vuelve un encantamiento, una misteriosa disposición del equilibrio entre los opuestos. Los paraísos tropicales de Indonesia, bajo una óptica monocromática, se disuelven en espejismos o se animan como sueños misteriosos. Su forma de penetrar la majestuosidad de la naturaleza es la sutil invitación a lo secreto.
Después de estudiar fotografía en California, Koentijoro regresó a su natal Indonesia, para capturar los paisajes que formaban su entorno. Según expresa su visión en su sitio web, la fotografía es:
“No solo una forma de expresar su alma sino de crear una ventana al mundo donde, a través de sus imágenes, lo invisible y lo inefable puede ser palpados. Movido por el deseo de explorar la belleza mística de la naturaleza, desarrolla su sensibilidad a través de los elementos de las bellas artes en la imagen. Su forma de expresarse se refleja mejor en la elaboración y en la exploración del blanco y negro”.
Generalmente estamos acostumbrados a ver la abundancia de la naturaleza, tal como existe en las selvas y playas de Indonesia, en una explosión de color. Con la fotografía de Koentjoro accedemos a esta profusión de manera más sutil, entreviendo una cadencia espiritual en la fuerza telúrica. Más que el canto del color, el silencio de lo místico.