Viajar nunca había sido tan sencillo. El ser humano ahora puede recorrer grandes distancias en poco tiempo y llegar a los lugares más inhóspitos del planeta. Un ejemplo de ello es el archipiélago de las islas Feroe, un centro turístico que convirtió a sus turistas en voluntarios del medioambiente para compensar los efectos del sobreturismo.
Las islas Feroe son uno de los sitios más visitados por los amantes de la naturaleza, las montañas, el aire libre y la aventura. Cerca de 110,000 turistas visitan cada año este archipiélago ubicado entre Islandia y Escocia con el objetivo de admirar y disfrutar de sus increíbles paisajes.
Sin embargo, recientemente las autoridades de este lugar anunciaron el cierre de los lugares turísticos más populares. El objetivo: llevar a cabo un plan de reparación y limpieza que no hicieron solos, pues hicieron partícipes a 100 turistas voluntarios.
A cambio de su ayuda, los turistas voluntarios recibieron comida y hospedaje durante los días de la iniciativa “cerrado por negocios, abierto para voluntarios”. Los turistas realizaron actividades como colocar letreros, limpiar senderos por los que pasan los turistas, reparar estructuras antiguas, etcétera.
El futuro del turismo… en manos de los turistas
El exceso de turismo en muchas partes del mundo ha provocado la desaparición y el maltrato de muchas zonas naturales. Pensarnos como turistas no incluye sólo disfrutar de otros territorios, sino que también nos pide involucrarnos de manera consciente con el espacio y con los habitantes locales.
La industria crece tanto que esta situación es insostenible para algunos hábitats. Restringir los accesos a ciertos sitios como las islas Galápagos, el avistamiento de gorilas en Ruanda, las pirámides en México, etc., se ha convertido en la medida de protección de muchos centros para enfrentar el sobreturismo.
Es una idea equivocada creer que los habitantes locales son los únicos responsables de mantener los lugares turísticos en excelente estado, la responsabilidad es colectiva. El sobreturismo es algo que está en nuestras manos, y si piensas que mereces conocer todo el mundo, también eres responsable de mantenerlo sano.
Puede ser que lo que hoy disfrutamos no esté ahí para siempre, así que es una buena alternativa calcular la huella de carbono de nuestro viaje para revertirla con otros métodos de conservación como el plan de reparación de las islas Feroe. Puedes ayudar a la economía local, limpiar los sitios que visitas, evitar productos tóxicos, etc. Opciones hay muchas, sólo se trata de hacer conciencia.