La jardinería es una de las actividades que además de reafirmar la vida en el planeta, estimula al desarrollo tanto físico como emocional del individuo que realiza dicho cuidado a la naturaleza. Con increíbles y variados beneficios en la salud mental, la jardinería es utilizada como terapia horticultural para mejorar los niveles de optimismo, tranquilidad y discriminación de los placeres por la vida.
Desgraciadamente, no siempre es posible contar con un amplio espacio para plantar cuantas semillas y hierbas se nos ocurra. Por consiguiente hay que encontrar los productos necesarios para adecuarse a las condiciones de una vida urbana: luz, temperatura, espacio reducido y humedad, entre otros.
En caso de que cuentes con una extensión y exposición a la luz limitada, te compartimos algunas opciones para realizar tu propia terapia horticultural:
– Cissus. Originaria de África, sur de Asia, Australia y Nueva Guinea, esta planta es ideal para un ambiente templado y poca luz. Puedes colocarla en una maceta y colgarla en el techo.
– Helecho. Por lo general esta plantas crece en zonas húmedas, aunque se adapta con facilidad a diferentes tipos de hábitats. Es fácil de cultivar, al colocarla en una maceta sobre el suelo.
– Yuca. Al ser endémica de regiones áridas, se adapta fácilmente a la poca cantidad de agua. Puedes colocarla en una maceta sobre el suelo. Es muy fácil de cultivar.
– Camelia. Elegante y perenne, esta planta es elástica y resistente al frío. No hay que dejarla sin agua; necesita de cierta cantidad de líquido y tierra.
– Cala. Esta planta bulbosa puede aguantar algunos grados bajo cero, aunque requiere una posición en semisombra.
– Gardenia. Le gusta que le dé el Sol al menos unas cuantas horas, por lo que prefiere un abono y quelatos de hierro.
Fotografía principal: Jennifer Murawski