Los árboles no son sólo árboles, en abstracto. En realidad son complejos seres capaces incluso de comunicarse entre sí, y que necesitan de condiciones especificas para sobrevivir. Porque cada especie de árbol –de las cuales existen más de 60 mil conocidas– es distinta.
Pero no fue sino hasta hace poco que se tuvo la primera base de datos sobre las especies de árboles y su distribución mundial. Gracias a esto, ahora se sabe más de los árboles y de las condiciones que les son favorables.
¿Por qué esto es importante para la reforestación?
Debido a las particularidades de cada ecosistema y de cada árbol, la reforestación no es algo fácil de hacer. Muchos fracasos han precedido a las jornadas de reforestación en áreas naturales, o a los intentos de los gobiernos por reverdecer las metrópolis…
Esto se debe a que no se toma en cuenta qué especies de árboles deben ser usadas.
Por eso, los biólogos y otros expertos de todo el mundo están buscando ampliar sus conocimientos sobre los árboles y sus especies, así como sobre los distintos ecosistemas que habitan.
Los efectos de los insectos y otros animales sobre los árboles, así como el tipo de suelo, el cambio del clima y por supuesto la especie de árbol, serán factores a tomar en cuenta antes de pretender hacer crecer a un árbol en cualquier lugar. Y es que en el caso de la reforestación, como ocurre también en la agricultura sutentable, estamos ante la necesidad de plantear nuevas estrategias y no sólo dejar que la naturaleza siga su curso.
Conocimientos arbóreos para la reforestación
En ese sentido, parece que no necesariamente se tienen que plantar árboles endémicos en las áreas a reforestar. Según se ha podido comprobar, existen especies, como el eucalipto y el pino, que se adaptan a casi cualquier ecosistema, y que pueden crecer hasta en suelos degradados.
Así, la diversidad arbórea puede ser una de las respuestas para mejorar la reforestación del futuro, aunque también se debe tomar en cuenta que existen especies de árboles que se dedican a robar los recursos del suelo, lo que a la larga afecta a otros árboles.
Otra ventaja de reforestar a partir de un amplio conocimiento sobre los árboles es que se puede optar por plantar árboles frutales, los cuales sirvan como fuente de alimento para las comunidades aledañas a los territorios reforestados, como bosques, selvas y parques nacionales. Eso es lo que se conoce como “agroforestería”, la cual además promueve la participación de la gente en el cuidado de las áreas naturales.
Pero lo más importante es que, mediante una reforestación consciente, podemos no sólo devolver a la naturaleza lo que vorazmente hemos depredado, así como mitigar las consecuencias del cambio climático, sino que podemos evitar la extinción de decenas de árboles que están en peligro de desaparecer.
Poco se dice del riesgo que corren muchos árboles ancestrales, pero lo cierto es que más de 9 mil están en peligro de extinción.
Así que la reforestación es una tarea amplia, para la cual no bastará plantar una semilla y olvidarnos. Será necesario unir conocimientos ancestrales, filosofías ecológicas y el poder de la tecnología para superar la encrucijada en la cual se encuentra el reino vegetal, y con él, sus habitantes más portentosos: los árboles.
* Imágenes: 1) ©Pete Oxford; 2) Koa Project; 5) mediterraneanpermaculture.com