El enorme derrame de petróleo en el Golfo de México en 2010 no sólo causó estragos devastadores en aquel entonces, sino que sigue afectando hasta hoy.
En un intento por degradar el petróleo y evitar que llegue a las costas, se derramaron más de 7.5 millones de litros de químicos llamados Corexit 9527A y 9500A. Lo que no se pensaba es que la combinación del petróleo con Corexit es 52 veces más tóxica que el petróleo por sí solo, de acuerdo con un estudio publicado en Environmental Pollution.
El utilizar dispersantes rompe el petróleo en pequeñas gotas, que hace menos visible al daño, pero que lo hace más accesible a los animales microscópicos que habitan en el Golfo. Por ello, “perjudica a toda la cadena alimenticia basada en el plancton”, dice Terry Snell, un co-autor y biólogo en Georgia Tech.
El plancton puede regenerarse rápidamente, pero el impacto tóxico se extiende en los animales que los consumen, podría afectar a animales más grandes, desde crustáceos y peces hasta las ballenas más grandes.
“Este es un estudio importante que añade malas noticias, pero que nos ayuda a entender los efectos de los derrames de petróleo y las estrategias para remediarlos, como el uso de dispersantes”, dijo Stephen Klaine, un toxicólogo del a Universidad de Clemson, que no estuvo involucrado en el estudio.
La moraleja del cuento, dice Snell, es que “deben hacerse los estudios antes de que ocurran las emergencias, para que no se tomen decisiones si no estamos informados por completo”. Snell además afirmó que el dispersante nunca debió de ser utilizado. Hubiera sido mejor dejar que el petróleo se dispersara por su cuenta para evitar semejante daño ecológico.
[nbcnews]