Cuando recién adoptamos a un perro, comienza un proceso de adaptación mutua basado principalmente en la comunicación. Dado que humanos y perros somos seres de distintas especies, es importante desarrollar una comunicación viable y funcional para la convivencia diaria. Para ello, el equipo de investigación de la Unidad de Transferencia Tecnológica Tepic y del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada –CICESE UT3–, ambos de México, han desarrollado un prototipo de un software que capta, clasifica y evalúa los ladridos de perros domésticos para determinar si son provocados por una situación de riesgo –como la presencia de intrusos en el hogar–.
Humberto Pérez Espinosa, líder de la investigación, explica que el software Clasificación y reconocimiento de ladridos, tiene como objetivo clasificar diferentes tipos de ladridos en relación con el contexto en que fueron generados; principalmente si es durante la presencia de un extraño u otro perro. Para ello se buscaron patrones que pudieran generar modelos de identificación de actividades y emociones, de modo que “cuando se reciba un ladrido, el software pueda determinar en qué contexto fue generado, si es una causa normal o común, o si hay alerta.”
Para obtener los patrones, los científicos grabaron los ladridos de 35 razas domésticas, más comunes en los hogares mexicanos, como el Schnauzer, French Poodle y Chihuahua. Pérez Espinosa explica: “Se grabaron los perros y decidimos generar una base de datos, trabajando con esquemas de aprendizaje supervisado, basados en tener ejemplos de los ladridos y poder entrenar los modelos computacionales para que aprendan de estos ejemplos”. Sus ladridos estuvieron bajo un protocolo de estímulos que generaran emociones como alegría, hambre y sed, así como miedo, enojo y lucha.
Lo que hicimos entonces fue un modelo emocional que se parecía al de las personas, donde existen primitivas emocionales: el eje vertical representa valencias y el horizontal, la activación; con estas dos primitivas se puede determinar el tipo de emoción que ocurre. Por ejemplo, si la activación se eleva hacia arriba y la actitud es positiva, puede ser un estado de alegría; si tiene altos niveles de actividad y actitud negativa, entonces revela alertas.
Fue así que se logró crear este sistema de identificación y modelaje de ruidos domésticos, así como una plataforma de alarma frente a situaciones de riesgo relacionadas con la salud del perro o de sus dueños. Pérez Espinosa puntualizó que:
El software ya está completo en una versión beta, falta robustecerlo con más ladridos y modelos de reconocimiento, pero ya es funcional; la segunda etapa es hacerlo flexible hacia diversas aplicaciones, no solo de seguridad, sino que se pueda conectar a una API (interfaz de programación de aplicaciones) para generar datos sobre la salud o bienestar del perro o su dueño, u otras cuestiones, pero eso quedará abierto para que se basen en nuestra plataforma.