A lo largo de la historia el “sexo débil” ha sido ninguneado, rechazado, destrozado. Algunos teóricos explican que los machos temen el inmenso poder de las hembras, pues los puede poner en desventaja y poner en riesgo su existencia cimentada en la supremacía. Otros señalan que la coexistencia de la supervivencia es realmente un equilibrio entre la fuerza del macho y la habilidad de la hembra. ¿Qué nos dice la naturaleza al respecto?
Existen sociedades de especies animales organizadas que han logrado sobrevivir exitosamente a lo largo de los tiempos. Pese a que han pasado por un proceso de evolución, poseen numerosos recursos de adaptación gracias al liderazgo de sus hembras. A continuación, una lista de esta especies:
Las abejas. Reconocidas por ser una de las sociedades más organizadas de la naturaleza, están bajo el liderazgo de la abeja reina. Ella se encarga de la logística y operación de la colmena. La mayor parte de la población de abejas está compuesta por hembras. Los machos, que existen en menor cantidad, sólo tienen un fin reproductivo; una vez que cumplen su función, mueren.
Documentation of bees and beekeepers in Slovakia.
Los bonobos. Comunidad de amor libre, que es comandada por hembras: resuelven sus conflictos con favores sexuales, aun si se trata de dos hembras. El ancestro de los bonobos se dividió debido a la formación del río Congo, en África; quienes se quedaron del mismo lado que los gorilas –los chimpancés– se convirtieron en una especie agresiva que compite por comida y territorio, y quienes se quedaron del otro lado, adoptaron un estilo de paz. De hecho, los bonobos son de las pocas especies de la naturaleza que no tienen sexo sólo con fines reproductivos, pues además mantienen vínculos sociales y familiares.
Las orcas. Pese a su fama de ballenas asesinas, las orcas poseen también vínculos afectivos con amigos y familiares. Son de los pocos animales que pasan gran parte de su vida junto a sus madres, aun después de tener a sus propias crías. Un grupo de orcas suele conformarse por varias familias lideradas por la hembra mayor, de modo que las otras orcas cazan y cuidan a sus crías juntas.
Los elefantes. Acostumbradas a ser lideradas por la hembra mayor, las manadas de elefantes se guían por la experiencia de su matriarca. Gracias a su sabiduría, ella sabe en dónde encontrar agua y cómo defender a las crías. Inclusive, puede liderar desde ocho hasta 100 elefantes.
Las hienas. Las matriarcas, más grandes y agresivas que los machos, comandan grupos de hasta 60 hienas. Son ellas quienes se quedan con la mayor parte de la comida que han cazado en grupo. Cuando matan a su presa, las hembras dominantes comen primero; y si los machos no consiguen comer lo suficiente, buscan alguna carcasa abandonada en la sabana.
Los lémures de cola anillada. Pese a que las hembras y los machos poseen el mismo tamaño y la misma oportunidad de luchar por ser líderes, esta especie es liderada por la hembra. ¿Por qué? Aún falta por descubrirse.
Los leones. Mantienen una sociedad matriarcal, dividiendo sus tareas de manera comunitaria. En promedio, una manada cuenta con 13 hembras, quienes sostienen una sociedad matriarcal cuidando en conjunto a las crías. Son excelentes cazadoras, acechando y matando a las presas. Son ellas quienes eligen al león reproductor y más fuerte, y son capaces de enfrentar y ahuyentar a un macho indeseado.
Las hormigas. Tienen sociedades matriarcales similares a las abejas, y los pocos machos que existen cumplen funciones reproductivas (y en ocasiones, ni eso). La mycocepurus smithii es una especie de hormigas que se reproducen de manera asexual, sobreviviendo, así, sin machos. Se trata de una característica evolutiva.