El próximo viernes 30 de septiembre, el cielo terrestre será testigo de una luna rara, diferente: se trata de la segunda luna nueva del mes y que provocará las sombras en la noche, la Luna oscura. A diferencia de la Luna azul, Luna roja y Súperluna, la Luna oscura es una nueva categoría que sucede cada 19 años, cuando en el mes de febrero no se presenta la luna llena.
La Luna oscura ocurre cuando a un mes del año se le escapa una luna nueva –la primera fase del ciclo lunar, cuando la luna y el sol tienen la misma longitud elíptica–. Esto provoca que la segunda luna nueva del mes se vuelva enteramente invisible en el cielo oscuro –al menos para el Hemisferio Occidental–. Y en esta ocasión, tendrá lugar el 30 de septiembre a las 17h11 –tiempo del Pacífico– para aquellos en todo el continente Americano y algunas partes occidentales de Europa y África; mientras que para el hemisferio oriente –Europa, África, Asia y Australia– este fenómeno ocurrirá el 1 y 30 de Octubre.
Ahora, esta Luna oscura en particular fue el resultado de un evento aún más raro: la primera luna nueva del mes que se convirtió en un anillo de fuego en el eclipse solar. Mientras que en este fenómeno se podrá ver una luna aumentando de tamaño con tonos plateados.
El término Luna oscura se ha asociado incluso con buenos tiempos para la introspección, en donde se purifica y aclara el pensamiento desde el inconsciente. Es como si se plantara una semilla y la oscuridad que la semilla experimenta sea necesaria para germinar. Por ello, la luna oscura es un periodo con aspectos positivos y grandes oportunidades; incluso, hasta con momentos pacíficos. Se trata de una fuerza extremadamente positiva que nos ayuda a manifestar nuestros sueños, deseos y anhelos.
Es decir que esta es una etapa ideal para desarrollar nuevos proyectos e ideas, pues aunque uno pueda sentirse perdido, se estará en la dirección adecuada. La confusión se irá esclareciendo hasta descubrir la energía indispensable para aprovechar estas oportunidades positivas que traerá la Luna oscura.