Sin esperar el periodo de consulta pública, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acaba de autorizar un complejo turístico a un hotelero español en Punta Nizuc, en Quintana Roo.
En una zona destacada por 230 especies de algas y pastos marinos, manatíes y tortugas, manglares y especies propias de ecosistema costero, se planea construir una nueva cadena de hoteles españoles RIU II. Esto trae como consecuencia una aumento en el índice de vulnerabilidad costera en Cancún. Pues de acuerdo con Estudio de la Vulnerabilidad y Programa de Adaptación ante la Viabilidad Climática y el Cambio Climático, la tasa de erosión de la zona es en promedio anual de 13.9 metros, una de las más altas tasas de playas de Cancún.
Ante este ecocidio, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental –CEMDA– se ha manifestado en contra del proyecto; sin embargo, los medios locales confirman que el predio donde Riu podría construir su complejo fue brindado por el Programa de Desarrollo Urbano (PDU) de la actual administración municipal. Por tanto el CEMDA interpuso un amparo en contra de la aplicación del PDU por las violaciones de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la Ley de Asentamientos Humanos del Estado de Quintana Roo, la Ley del Equilibrio Ecológico, la Protección al Ambiente y la Ley General de Cambio Climático.
El complejo turístico pone en riesgo a una serie de especies protegidas que habitan en la zona; tales como la iguana gris, la chara yucateca, el cenzonte tropical, el zanate, el vireo manglero, el teveo menor, la garza blanca, el pato real y tres especies de tortuga: laud, blanca y caguama. Así como el desmonto de 2.57 hectáreas de cobertura vegetal del predio, el cual corresponde al 19.1 por ciento del total. En palabras del Cemda: “este tipo de proyectos en las condiciones propuestas, ocasionan un aumento en la demanda de insumos, la generación de residuos, demandas sociales, pérdida en la calidad del paisaje, modificación del medio físico, especialmente importante en el caso de los recursos naturales que prevalecen en la localidad”.
Además, el Grupo Ecologista de Mayab (Gema) ha denunciado que el complejo hotelero de RIU II afectará los niveles de los mantos subacuáticos, devolviendo agua contaminada –con mayores contenidos de sal, pH y alcalinidad– a un arrecife en donde viven cientos de especies y dañando otras zonas ocupadas por manglares. Araceli Domínguez Rodríguez, presidenta del Gema, explicó: “El grupo hotelero dicen que se va a sumar a las redes de alcantarillado y a la de los pozos. Pero, en este último caso, es una zona altamente riesgosa porque es el agua que fluye de las lagunas de Nichupté van hacia el arrecife”.