Habitamos un planeta en el que los seres humanos tenemos la posibilidad de interactuar con otros seres vivos, desde grandes mamíferos como las ballenas, hasta microscópicas especies que solo se pueden observar gracias a un lente especial. Las capacidades de los seres humanos han logrado que nuestra especie mantenga un control o domesticación sobre otros animales, sin embargo, esto representa una serie de responsabilidades por asegurar el bienestar y el trato ético a otros seres vivos.
Las personas tenemos el compromiso de proteger nuestros ecosistemas para seguir cohabitando en armonía con las diferentes especies de la Tierra. El respeto y el trato digno a los animales, también es una obligación que debemos ejercer como humanos. A nivel mundial, diversas organizaciones civiles trabajan para que sean reconocidos los derechos de los animales, debido a que muchos ordenamientos jurídicos no suelen considerar a especies no humanas como sujetos de derecho.
Uno de mayores esfuerzos por regular el comportamiento humano hacia otros seres vivos es la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, una normatividad que fue adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1977 y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Este documento es de carácter no vinculante, es decir, que no es obligatorio su seguimiento. No obstante, miles de organismos a nivel internacional se han sumado a esta declaración y buscan que se logren sus objetivos.
La Declaración Universal de los Derechos de los Animales contiene una serie de artículos que destacan el respeto a la vida y existencia, la obligación del ser humano por preservar a todas las especies sin atribuirse el derecho de exterminación o explotación, la prohibición del maltrato o violencia a un animal, así como la censura al sufrimiento provocado por alguna actividad humana.
Además, estos derechos también abarcan la protección al ambiente natural, hogar de las diferentes especies del planeta, asimismo, a la libertad, reproducción y vida salvaje. En caso de fallecimiento, el cuerpo de un animal debe ser tratado con respeto y si se presenta la muerte de un gran número de animales debe considerarse un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.
Algunos de los puntos que forman parte de esta declaración están sujetos a debates y análisis. En foros especializados aún se reflexiona sobre su aplicación o bien, se trabaja para perfeccionar cada punto con el fin adecuarse a las diferentes culturas en el planeta. Lo cierto es que esta iniciativa es una pauta para desarrollar diversas estrategias a favor de la conservación de las diferentes especies.
En nuestra cotidianeidad podemos realizar acciones que sean parte del respeto a los animales, por ejemplo, brindar cuidados y atención a nuestras mascotas, denunciar actos de crueldad o explotación a una especie y cuidar del medio ambiente para garantizar un hogar saludable a todos los habitantes de la Tierra.
Cuéntanos, ¿qué opinas sobre los derechos de los animales?
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