Las especies animales están tan amenazadas actualmente (por cuestiones como la producción y consumo de carne), que por primera vez una era geólogica ha sido conceptualizada por el impacto específico de una especie, y no por el desarrollo natural de la biósfera en su conjunto.
Se trata de la era del Antropoceno, la era del hombre, que aunque aún no es oficialmente admitida por la comunidad científica, pareciera bastante certera. Sobre todo cuando pensamos en los daños mayores que ha implicado el desarrollo del sistema capitalista, el cual ha transformado nuestras formas de habitar el mundo de tal manera que incluso ha modificado nuestra dieta.
La dieta proteica y la extinción de especies

(Foto: Institute for Critical Animal Studies)
No es casual que desde hace varias décadas la industria de la carne haya repuntado, volviéndose enorme y colocando las proteínas como el alimento indispensable en las dietas de muchísimos países. Según el Instituto Heinrich Böll:
Las clases medias en el mundo consumen demasiada carne. No solo en Estados Unidos y Europa, sino que cada vez más en China, India y otras naciones emergentes.
Por eso, varias organizaciones y académicos alrededor del mundo están alertando sobre esta cuestión, no sólo por sus impáctos en la salud, sino por sus radicales consecuencias en el medio ambiente. En un nuevo informe publicado el mes de octubre de 2017 por el WWF del Reino Unido, se asegura que los cultivos para alimentar al ganado dañan el ecosistema y esto ha ocasionado la extinción de más de 30 especies en el mundo (por lo cual algunos hablan que en la era del Antropoceno habrá una probable extinción masiva).
Esto porque la producción de carne es la más demandante de las industrias alimentarias. En torno a ella gira la agricultura e incluso la pesca, pues los cultivos (cereales y semillas), así como el pescado, son usados para la engorda del ganado, lo que amenaza la biodiversidad y los ecosistemas.
La carne, mucho más que un alimento
Sin embargo, según la WWF, si la gente redujera el consumo de proteínas a las cantidades recomendadas, los granjeros necesitarían un trece por ciento menos de tierra para producir alimento para el ganado y las piscifactorías, área equivalente a 1.5 veces el tamaño de la Unión Europea. Esa es la principal razón por la cual se promueven campañas para reducir el consumo de este alimento, pues en la decisión de comer carne están implicadas cuestiones de interés global.
No obstante, también debe tomarse en cuenta que alimentarse de carne es algo incluso tradicional, como puede verse en cientos de festividades que giran alrededor de cocinar este alimento (por ejemplo, en las “pampas” del Cono Sur). Así que la discusión es mucho más amplia, pero requiere de acciones y pensamientos colectivos, y no de herméticas posturas en torno al problema o de unilaterales soluciones al mismo.