Solemos pensar que los materiales más brillantes y reflectantes del planeta sólo pueden ser producto del intelecto humano, como por ejemplo los espejos o algunos minerales extremadamente pulidos. Pero en realidad la naturaleza ya tiene sus propios espejos, el escarabajo plateado es la muestra fiel de esto, aunque no es el único, entre el mundo de las plantas está la planta africana que se lleva a casa el título de la materia viva más brillante del mundo.
Con el nombre científico de Pollia condensata y conocida comúnmente como la ‘baya de mármol’, esta especie de planta habita en los bosques de África Central. Crece cerca de 60 centímetros de altura y tiene hojas grandes, lisas y estrechas. Es una planta perenne, lo que significa que no depende de los cambios estacionales para crecer, sino que siempre se le puede ver verdecina y no muere en invierno.
Sus flores son de color rosa pálido o también en ocasiones son blanquecinas, pero lo que realmente llama la atención es su fruto. De la planta brotan racimos de hasta 40 bayas que se caracterizan por poseer un color azul eléctrico y si se les observa con detenimiento, la reflectancia de su superficie es realmente asombrosa.
Si bien la iridiscencia no es un asunto raro en la naturaleza, tan sólo hay que pensar en las mariposas, los escarabajos o hasta los colibríes, sí que es extremadamente rara en las plantas.
*Créditos: National Geographic
Reflexión de Bragg
La superficie de los frutos de la baya de mármol es lisa y reflectante, tal como si fuera un espejo. Esto es gracias a que justo debajo de su superficie se encuentran una serie de capas de células especializadas compuestas por fibras de celulosa. Cada una de ellas se encarga de reflejar una estrecha longitud de onda de la luz y además se encuentran dispuestas perfectamente de manera que cada una de ellas es capaz de reflejar la luz como un tamiz. Gracias a esto, se producen colores excepcionales que le dan su aspecto azulado electrizante debido al efecto conocido como reflexión de Bragg.
La planta utiliza este mecanismo para llamar la atención de las aves, quienes se acercan con la intención de comerlas. Sin embargo, no es un fruto comestible, pero depende de que las aves las mastiquen para luego esparcir sus semillas por doquier. Esta es la forma en la que garantizan su supervivencia.
Las bayas apenas si miden unos 4 milímetros de diámetro, pero esta superficie es suficiente para ganarse el título de la materia viva más brillante de todo el planeta. No existe otro material con tal capacidad de reflexión y es por esto que son sumamente hermosas.