Existe una infinidad de variedades de plantas en el mundo. Con grandes gamas de tonalidades de verdes y tantas texturas como sea posible, las hojas de las plantas fungen un papel importante en el funcionamiento vegetal. Por muchas décadas los biólogos se han preguntado por qué existe la planta conocida como Monstera deliciosa, que posee grandes agujeros que cubren sus hojas. Existen muchas posibles explicaciones, pero ninguna se ha probado por la ciencia, salvo una que acaba de salir a la luz gracias a una nueva investigación.
Teorías que intentan explicar los agujeros
La Monstera deliciosa es una planta que se caracteriza por sus grandes hojas llenas de agujeros. Vive en sotobosque lo que significa que nace en las partes más cercanas al suelo, sin grandes alturas. Con anterioridad se ha intentado explicar la presencia de sus hojas agujeradas, se ha dicho que es un mecanismo de protección ante fenómenos tempestuosos del clima. Durante huracanes y ventiscas violentas, los agujeros dejarían pasar el viento sin causar daño a las plantas.
Otra teoría se basa en la regulación de temperatura, se cree que los agujeros permiten la correcta circulación de agua a través de toda la superficie de las hojas, manteniendo la temperatura adecuada para subsistir. Incluso también se ha sugerido que es una defensa de camuflaje que les permite esconderse de animales herbívoros y de esta forma, mantenerse a salvo de plagas. Sin embargo, ninguna de estas teorías tiene un respaldo científico que haya comprobado su veracidad.
La única teoría con un sustento científico es la que Christopher Muir de la Universidad de Indiana ha planteado en su nuevo artículo publicado en The American Naturalist. Esta sugiere que los agujeros en la planta son una forma de adaptación a la vida de la selva.
Una forma inteligente de captar más luz
La Monstera deliciosa vive en sotobosque, la región más apegada al suelo y donde la luz solar no llega en grandes cantidades. Por lo tanto, las posibilidades de subsistencia dependen de su capacidad de capturar la energía solar para posibilitar la fotosíntesis. Muir sugiere que contrario a lo que parece, los agujeros son una forma de aprovechar más eficientemente la luz solar.
Mediante modelos matemáticos comparó la eficiencia fotosintética de las hojas perforadas, ante aquellas que presentan una superficie normal. Descubrió que ambas formas se benefician de la misma manera ante la misma cantidad de luz. Sin embargo, las hojas sólidas ocupan menos espacio por lo que su acceso a la luz es más restringido. En cambio, la Monstera es capaz de hacer crecer sus hojas hasta alcanzar un mayor tamaño mediante la distribución de agujeros. Y de esta forma, tiene mayores posibilidades de exponerse ante el sol para recolectar la cantidad de energía necesaria para la fotosíntesis.
En ese sentido, la forma alterada de la hoja se vuelve más fiable para la supervivencia, haciendo que la planta se estrese menos ante la carencia de luz. Es como si la naturaleza hubiera encontrado la forma de extenderse por áreas más grandes con la misma cantidad de materia y los mismos requerimientos energéticos que una planta de hojas sólidas, pero más pequeñas. Un mecanismo sumamente interesante que nos demuestra la inteligencia de la evolución en los seres vivos.
Referencias:
Muir, C. How Did the Swiss Cheese Plant Get Its Holes? The American Naturalist. 181, (2). DOI