Al igual que los humanos, las flores poseen una identidad propia. Sus colores reflejan el paso del tiempo a través de sus hojas. Este es el caso de la orquídea Drácula o Cara de Mono.
Su aspecto puede asemejar muchas cosas, pero en su centro, sus hojas dibujan un rostro que se identifican fácilmente: el de un mono.
Esta especie es originaria de América, de la zona centro. Pertenece al género de las subtribu Pleurothallidinae de la familia de las Orchidaceae.
Gracias a su abundante belleza, son muy cotizadas en el mercado, incluso se llegen a exportar a Europa y Asia.
[LARESERVA]