Seguramente los yoguis originales nunca anticiparon que su práctica se volvería tan cotizada que llegaría a incluir caballos. Pero después de tantas décadas de practicar, se esperaría que hubiera retoños (aunque estos fueran raros y controversiales como el yoga con bebés).
De entre las formas más extrañas que el yoga ha generado, está el yoga equino, practicado en la Escuela Argentina de Doma India. Esta escuela se estableció hace 50 años en San Luis, Argentina, y se basa en la filosofía de la domesticación no violenta de caballos, la cual, de acuerdo a ellos, puede establecer un vínculo significativo entre el equino y el hombre. La familia Scarpati, que lleva el programa, considera que los caballos son sagrados, y aplican sus conceptos de yoga en caballos salvajes, traumatizados o nerviosos.
“El método es domesticar al caballo de acuerdo a su naturaleza, evitando causar miedo y dolor, y ganando su confianza y lealtad”, apuntan en el sitio. “Este método nos da una idea clara de cómo tratar a un caballo, y cuándo y cómo enseñar lo que queremos lograr. El caballo aprende por persuasión, y, conociendo su naturaleza, su comportamiento y su psicología, podemos persuadir y enseñar un sinnúmero de ejercicios que harán al caballo un animal perfecto para cualquier disciplina”.
Aunque La Escuela Argentina de Dolma India predique el respeto y la gentileza, el yoga equino sigue causando controversia ya que nadie puede decir con certeza si los caballos se sienten cómodos y en paz al hacer posiciones de yoga. ¿Tú qué piensas?