Lo más probable es que todos recordemos ese momento en que los zoológicos dejaron de ser divertidos y comenzaron a ser tristes. Cuando la jungla y las estepas detrás de los animales dejaron de verse como jungla y estepas y empezaron a verse como paredes de concreto pintadas torpemente.
La realidad es que esas pinturas en paredes o esos troncos muertos dentro de los terrarios de los animales son mucho más para nosotros los humanos que para los animales. Ellos están habitando un mundo de concreto. La razón por la que lo presentan como si fuera un hábitat natural es que sería muy disonante para nosotros verlos en un mero cuarto de cemento.
Jakub Skokan y Martin Tůma son dos artistas checos que están haciendo un ensayo fotográfico llamado Zoolandscape, y lo describen de la siguiente manera:
El ambiente de los animales es hecho artificialmente con materiales imitadores o reconstruido de productos originarios de la naturaleza. El paisaje es simplificado, sistematizado e idealizado. Se ajusta para cumplir con las demandas estéticas de un observador y, al igual que un escenario en un teatro, pretende presentar al animal –el actor- de la manera más ideal posible.
El dúo capturó los “escenarios” en cinco zoológicos distintos. Este es el resultado.
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