¿Podría alguien decir que el asesinato de alguien, que la pérdida de una vida “valió la pena”? ¿Quién…cuántos están dispuestos a arriesgarlo todo por un bien común? ¿Es posible que en nuestros tiempos la lucha social, ambiental, tenga como respuesta la represión y la muerte?Berta Cáceres fue una de esas pocas personas dispuestas a luchar, lo hizo en contra la represa de Agua Zarca, en el Río Gualcarque, en Honduras, río sagrado y vital para las comunidades indígenas y fue asesinada el pasado 2 de marzo. Y no, su asesinato, ninguna muerte “vale”, pero los ciudadanos del mundo podemos ofrendarle un poco de conciencia, podemos sumarnos a defensa del medio ambiente, y exigir justicia para Berta, no permitir que esta ni ninguna injustica contra los luchadores sociales se olvide, se duerma, se silencie.Si como sociedad no abrimos los ojos y entendemos que proteger los recursos no era responsabilidad sólo de Berta, sólo de unos cuantos, sino de todos; si no alzamos la voz y denunciamos y exigimos justicia para Berta, mañana su nombre quedará enterrado debajo del nombre del siguiente ambientalista asesinado. Es hora de respaldar su lucha. (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); ext-align: justify;”>Sus ojos se cerraron. Es hora de que los nuestros se abran.
Los ojos de Berta están cerrados… los del mundo deben abrirse
Todos podemos sumarnos. Hagamos eco de la demanda: #JusticiaParaBerta en redes sociales, o físicamente en la sede diplomática.