Hace poco compartimos los pasmosos cambios del cielo en Beijing, una de las ciudades más contaminadas del mundo. La transformación se dio a pocos días de que el gobierno modificara un programa para restringir la circulación de 2.5 millones de autos, los cambios en su cielo fueron increíbles.
Luego de la demanda de activistas ambientales en París, en zonas icónicas del centro de la ciudad, se prohibió durante un día el flujo de autos este 27 de septiembre. Los resultados visuales son sorprendentes; un solo día sin autos, y quién lo creería.
Este tipo de episodios atraen a la mente la dimensión de la gran diferencia que hace un hábito como el uso del auto; tan cotidiano, tan aparentemente indefenso.