En la naturaleza reside un gran poder de resiliencia. La capacidad de aceptar lo que es imposible cambiar y buscar oportunidades de crecer ante la adversidad es un don que el planeta nos ha otorgado a todos aquellos que habitamos en él. Las Islas del Coral son un ejemplo fascinante de cómo procesar los cambios negativos y dejar que el fluir de la existencia continúe.
Estos fabulosos montículos de arena han evolucionado para adaptarse a los efectos de la crisis climática. La principal amenaza es el aumento del nivel del mar, el cual se asocia a la fusión de los glaciares y un incremento del volumen del agua cuando ésta se calienta.
De acuerdo con la ONU, para finales del siglo los océanos aumentarán su nivel cerca de 0.29 metros. Posiblemente para nosotros esta cifra sea muy pequeña, pero para la naturaleza las pequeñas cifras significan grandes cambios.
Las Islas del Coral, formadas por la actividad de los organismos constructores de arrecifes, son parte de los entornos costeros más vulnerables ante el aumento del mar. Estas islas podrían perder tamaño, así como habitantes.
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Transformando las Islas del Coral
Por suerte, la naturaleza siempre ha puesto en marcha su resiliencia para adaptarse a los cambios en el entorno. En este caso, las Islas del Coral permanecerán sobre el agua, pero el punto más alto de estas islas se elevará más conforme el agua vaya avanzando.
De acuerdo con un experimento realizado por el investigador Gerd Masselink de la Universidad de Plymouth, si el nivel del mar aumenta 0.5 metros el pico de la isla se elevará unos 0.6 metros. Esto se debe a que las olas crecerán gradualmente y levantarán el material sedimentario para evitar que desaparezca.
Si continuamos permitiendo que la crisis climática avance, en unos cuantos años es posible que las islas sean picos y no superficies planas de arena. Considerando esto, deberíamos tener en mente que la naturaleza tarde o temprano encontrará cómo adaptarse. La verdadera preocupación es si el ser humano será capaz de hacer lo mismo.
La crisis climática está obligando a muchas personas a cambiar su lugar de residencia para tener acceso a distintos recursos. El medioambiente hace las cosas de distinta manera. Él es el recurso y será capaz de regenerarse tanto como se le permita y si ello no es posible, entonces esperará hasta que sea el momento indicado.
Pensemos que, igual que la naturaleza, tenemos la oportunidad de ser resilientes y nuestro momento de hacerlo es ahora. Observemos las Islas del Coral y hagamos lo mejor que podemos con lo que tenemos en nuestras manos.