Encontrarse con una isla fantasma hoy en día es un evento sumamente raro, pues nuestro planeta ha sido ampliamente cartografiado por los exploradores y ahora incluso es observado por dispositivos satelitales que vigilan lo que sucede en él geográficamente hablando. Es por esto que cuando en 2021 apareció una isla fantasma de la nada sobre el Ártico, los investigadores se preguntaron si realmente se trataba de tierra firme y si no, ¿qué otra cosa podría ser? Finalmente encontraron la respuesta.
El descubrimiento de una isla fantasma
En el año 2021, un equipo de investigación de la Universidad de Copenhague, encontró una isla fantasma flotando en el Ártico frente a las costas de Groenlandia. Con apenas 30 metros de ancho por 60 de largo y con una elevación de casi 3 metros, la isla estaba cubierta de lodo, limo y grava en el lecho marino.
En un inicio se creyó que se trataba de Oodaaq, una isla descubierta en 1978. Sin embargo, una vez que el líder de la expedición, Morten Rasch, publicara las fotos junto con las coordenadas de la isla fantasma, de inmediato los cazadores de islas se pusieron en búsqueda y divisaron a Oodaaq a unos 700 metros al sureste.

No quedaba más respuesta más que se trataba de una nueva isla, pero quedaba la incógnita de por qué nadie la había visto antes. De inmediato propusieron llamar a la isla fantasma como ‘Qeqertaq Avannarleq’, que en groenlandés significa ‘la isla más septentrional’.
La existencia de una isla que estuviera más apegada al norte que cualquier otra región de tierra sonaba tentador, sin embargo, cuando se le dio seguimiento a la investigación los científicos pudieron aclarar de qué se trataba.
Islas semiestacionarias
Luego de mediciones detallas y escaneos láser, la expedición llegó a la conclusión de que no se trata de una isla fantasma como pensaron en un inicio, sino que es un iceberg cubierto de lodo y tierra. Según Rasch, este tipo de montículos de tierra se pueden clasificar como islas de hielo semiestacionarias, ya que pueden tener una vida útil de varios años pero no se trata de tierra firme.
La suposición de los investigadores es que son reminiscencias dejadas por glaciares más grandes con depósitos de marronera, que fueron empujados hacia la superficie por el hielo marino, formando a su paso las islas de hielo.

La buen noticia de desentrañar la verdad detrás de la isla fantasma, es que se pueden tener mejores mapas que estipulen la clasificación de islas semiestacionarias que de un momento a otro pueden desaparecer. Además de que Kaffeklubben Island sigue siendo el punto más septentrional de tierra firme que se conoce.
“El hecho de que sean icebergs y no islas pequeñas resolverá parte del lío que han causado las islas pequeñas en relación con el mapeo de Groenlandia, y también el geopolítico, es decir, qué tan grande es realmente el territorio del reino”, dijo Morten Rasch . “Ahora puedes dibujar un mapa y estar seguro de que durará muchos años”, concluyó.