El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en conjunto con la organización The Wasted and Resources Action Programme (WRAP), han publicado un informe en el que evidencian el índice elevado de desperdicio de alimentos a nivel mundial.
El informe titulado Índice de Desperdicio de Alimentos, contiene un análisis exhaustivo del despilfarro de alimentos producido por los humanos. Basado en la recopilación y el modelado de datos, el informe es el más completo hasta ahora. Los resultados son sumamente devastadores, ya que el desperdicio de alimento además de evidenciar la gran brecha económica, fomenta el calentamiento global que cada día acelera sus inminentes consecuencias.
PNUMA reveló que de entre los alimentos que se desperdician en hogares, restaurantes y tiendas, el 17 por ciento simplemente terminan en la basura sin razón alguna. Además, algunos alimentos también se pierden en las granjas y en las cadenas de suministro. Lo que indica, que en general, un tercio de los alimentos nunca se consumen.
“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la biodiversidad, la contaminación y el desperdicio. Las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos”, dijo Inger Andersen, directora de PNUMA.
Desperdicio de alimentos y calentamiento global
El calentamiento global es de suma preocupación, se ha convertido en una amenaza emergente y debemos tomar acciones contundentes para revertir el cambio climático. Los objetivos principales deben direccionarse hacia la reducción de emisiones de carbono que lanzamos a la atmósfera. No obstante, nuestras prácticas alimenticias también parecen ser negligentes en ese sentido. Entre el ocho y el diez por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, provienen del desperdicio de alimentos. Según el informe, en 2019 más de 930 millones de toneladas de alimentos aterrizaron en contenedores de basura.
“Reducir el desperdicio de alimentos reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero. Frenaría la destrucción de la naturaleza a través de la conversión de la tierra y la contaminación. Mejoraría la disponibilidad de alimentos y, por lo tanto, reduciría el hambre y ahorraría dinero en un momento de recesión mundial”, agrega Andersen.
El PNUMA exhorta a las naciones a medir y registrar el índice de desperdicio de alimento. De esta manera podrían aplicarse políticas y prácticas para evitar que los alimentos terminen en los contenedores de basura. El programa de las Naciones Unidas, se comprometió a poner en marcha grupos de trabajo regionales para ayudar a las naciones a medir este índice y sentar las bases para alcanzar el objetivo de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030.