De acuerdo con la práctica del mindfulness, la toma de consciencia de cada una de las sensaciones corporales es la base principal para crear una conexión en el aquí y en el ahora del cuerpo, la mente y el Universo. Los maestros explican que para lograr esa consciencia sensorial, uno debe permitirse percibir en la tranquilidad: ¿cómo se siente tu cuerpo al encontrarse en la posición en la que está o en el frío o el calor que hay alrededor?, ¿qué sabor predomina al interior de tu boca?, ¿qué te hace sentir aquello que tus ojos están percibiendo?, ¿cuáles son los aromas que logra identificar tu nariz?, ¿cómo reacciona tu cuerpo ante los sonidos que estás escuchando?
Una manera de entrar en este estado pleno de consciencia, es (re)aprender a escuchar los sonidos de la naturaleza –aún si se vive dentro de la ciudad–. ¿Cuándo fue la última vez que te permitiste estar en silencio en un cuarto y lograste escuchar el canto de los pájaros fuera de tu ventana?
Por esta razón te compartimos toda una serie de sonidos mnemónicos que te ayudarán a establecer un poco más tu estado de consciencia. Basta prestar un poco de atención a cada sonido para identificar el ritmo y el tempo, y así reconocer el origen de cada sonido…
El canto de un búho:
El canto de Chickadee negro:
El canto de una curruca verde de cuello verde:
El canto de la codorniz:
El canto de una curruca color castaña:
El canto de un Antrostomus carolinensis:
El canto de un meadowlark del este:
El canto de un Vireo olivaceus:
[mnn]