Algunas enfermedades resultan paradójicamente estéticas y no tan malas como en general se piensa.
Seguramente has transitado por la calle y visto algún perro (aunque en los humanos también se da el padecimiento) con diferente tonalidad en cada uno de sus ojos. Se trata de la heterocromía. Es una enfermedad en la que los iris de los ojos son de color notablemente diferente entre sí. La diferencia de color es un mal genético que no requiere ningún tipo de intervención y lo mejor es que no representa ningún peligro para quien la padece, dándole a tu mascota un toque que raramente algún otro ejemplar de su raza tendrá.
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